Pogacar, tras el legado de Coppi en Lombardía
Pogacar parte como el favorito indiscutible en un Lombardía en el que aspira a su cuarto título consecutivo. De lograrlo, igualaría el récord de Coppi.
Otoño. Los paisajes y las carreteras se tiñen de ocre. En el mundo del ciclismo, esto siempre anuncia la llegada del Giro de Lombardía, quinto y último Monumento del calendario y una de las carreras más prestigiosas de siempre. La 118ª edición de la ‘Clásica de las Hojas Muertas’ (10:25, Eurosport 2) se presenta con cambios, pero con el mismo patrón. Debido a las intensas lluvias de los últimos días, la organización de la prueba se vio obligada a modificar el recorrido (255 km y 4.800 metros de desnivel) a menos de 24 horas de la salida, como consecuencia de desprendimientos de tierra y grietas aparecidas en el asfalto. La subida al Selvino reemplaza al Passo di Ganda, pero lo que no varía es cartel de indiscutible favorito: Tadej Pogačar.
El esloveno, vencedor de las tres últimas ediciones, es por unanimidad el candidato número uno a la victoria. El recorrido le va como un guante, tiene equipo para controlar la carrera de principio a fin (Hirschi, Yates, Majka, Christen, Sivakov…), no ha mostrado ningún síntoma de flaqueza en el tramo final del año y cuenta con dosis de motivación añadida. Esas que tanto le gustan al bueno de Pogi, devorador de récords. De alzar los brazos en la meta de Como, el del UAE igualaría uno: las cuatro victorias consecutivas de Fausto Coppi en Lombardía. Además, lo conseguiría enfundado en el maillot arcoíris, algo sólo hicieron antes que él Alfredo Binda (1927), Tommy Simpson (1965), Eddy Merckx (1971), Felice Gimondi (1973), Giuseppe Saronni (1982), Oskar Camenzind (1998) y Paolo Bettini (2006).
“La primera carrera con los colores del arcoíris fue algo especial. Me alegré de poder ganar finalmente el Giro de la Emilia el fin de semana pasado”, admitió Pogacar tras estrenar la distintiva prenda del campeón del mundo a lo grande, además de lanzar un aviso a navegantes: “La forma sigue siendo muy buena y quiero dar un último empujón ahora para Lombardía. Ha sido una temporada perfecta para nosotros este año. Todo el equipo ha trabajado muy duro y las cosas realmente nos salieron bien. Sin duda recordaré este año como un momento realmente especial. Pero aún no ha acabado, queremos terminarlo bien y con un buen resultado en mi última carrera de la temporada en Lombardía”.
Da vértigo pensar en el enorme favoritismo del esloveno tratándose de un deporte con tantas variables incontrolables y de un Monumento. Pero lo cierto es que todo se le ha alineado antes de empezar. Al margen de las significativas ausencias de Mathieu van der Poel (aunque el recorrido quizás sería demasiado duro para él), Tom Pidcock (decisión técnica del Ineos de última hora) y Primož Roglič, sus teóricos rivales no llegan en la mejor condición. Remco Evenepoel advirtió tras sus recientes y discretas clásicas italianas (53º en Coppa Bernocchi y abandono en Giro de la Emilia) que las pilas se le están agotando, mientras que Enric Mas (2º en 2022 tras Pogi), Matteo Jorgenson, Antonio Tiberi, Simon Yates o David Gaudu, entre otros, simplemente han estado a años luz de Pogacar en el cara a cara durante todo el año. ¿Monólogo o sorpresa? No va más.
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