Pidcock y Felipe Orts dan la cara ante Van der Poel y Van Aert

La playa, el buen clima, los turistas, los rascacielos… Señas de identidad de Benidorm a las que ya se suma la Copa del Mundo de Ciclocross, una auténtica fiesta de la bicicleta que el año pasado llegó para quedarse. Los números, como el algodón, no engañan: asistencia de 20.000 personas, unas 5.000 más respecto a la primera edición. El reclamo no es otro que el de poder contar, una vez más, con el Big Three: Mathieu van der Poel, Wout van Aert y Tom Pidcock. Garantía de éxito.

Quizás debido a su gran superioridad, esa que les hizo batirse en duelo hasta el último metro en 2023 en un esprint apoteósico, tanto Van der Poel como Van Aert decidieron llegar a Benidorm el día de la carrera (15:10h, TDP y Eurosport 1), por lo que estuvieron ausentes el pasado sábado. Pidcock sí atendió ayer a los aficionados y a la Prensa, algo serio y visiblemente magullado en la cara (labio hinchado y tirita en la nariz), sin mostrar las sensaciones más esperanzadoras: “No estoy muy bien, pero esta carrera del año pasado fue muy buena para mí (fue 5º). El circuito es algo diferente, me gusta”.

Si bien el trazado (que estará en perfectas condiciones pese a la tormenta caída el pasado viernes) no es especialmente técnico a lo largo de sus 3 km, los giros cerrados, zona de tablones y el banco de arena favorece a las condiciones de la mejor baza española, un Felipe Orts que se presenta con confianza tras su 9º puesto en 2023: “Físicamente, estoy mejor que nunca, pero hay que demostrarlo. Toca pelear y disfrutar de la afición. Intentaré acabar entre los diez primeros, como el año pasado. Creo que tengo nivel para ello. Lo que marcará la carrera son los pequeños fallos que te hacen perder los grupos y gastar más energías. ¿El Big Three? A ver si en río revuelto pescamos algo (risas). Creo que Van der Poel es la referencia. Está bastantes puntos por encima de los demás. Van Aert y Pidcock aún están cogiendo la forma, pero ojalá puedan dar guerra y aprovecharnos el resto”.

El de Villajoyosa, gran representante de la clase media, tratará de plantar cara no sólo a los tres tenores, sino a la zona noble de una general que comanda Eli Iserbyt. El belga, aunque con opciones remotas, podría proclamarse campeón de la Copa del Mundo de forma matemática si sube al podio más cotizado del curso y Joris Nieuwenhuis y Pim Ronhaar firman una actuación desastrosa. Eso sí, todos partirán con un objetivo común en la parrilla de salida: poner fin a la tiranía de Van der Poel. El neerlandés suma diez victorias en esta temporada de ciclocross en otras tantas participaciones. ¿Habrá alguien capaz de pararle?

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