CICLISMO ADAPTADO

El increíble Ten

El valenciano ha logrado tres oros y una plata en el Mundial de ciclismo en pista de Francia. Este 2022 también se coronó como el mejor del mundo en ruta. “Está siendo un año increíble”, afirma.

RFECiclismo.

No hay reto que se le resista. Ricardo Ten (Valencia, 47 años) ha cerrado el Mundial de ciclismo en pista con tres oros (Scratch, Persecución individual y Omnium C1), una plata en el Kilómetro y un récord mundial en 200 metros. Y de entre esos momentos, hay uno especial. “¡La Persecución de 3 kilómetros! En esa carrera se dan doce vueltas y casi hasta la última mi rival iba por delante. Ahí pude alcanzarlo y ganarle en el tiempo. Lo habíamos hablado, la clave era mantener el ritmo constante”, cuenta el ciclista a AS, ya de vuelta en casa, tras conseguir cuatro de las siete medallas de España en el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines. Todo eso, a pesar del susto sufrido en el hombro derecho: “El balance es muy positivo. Veníamos con alguna duda por una caída que tuve hace tres semanas en un entrenamiento. No estaban rivales directos como China y Rusia. Eso me ha beneficiado, pero hay que estar ahí y aprovechar la oportunidad. Lo hemos hecho a la perfección”.

Nada le ha frenado en un 2022 mágico, en el que también se coronó campeón de la Copa del Mundo en ruta. Reina en pista y carretera, como hizo por primera vez ya en 2019. Desde que se subió a la bici, este último lustro, ha conquistado once títulos mundiales. “Este año está siendo increíble. La temporada de carretera ha salido muy bien. En Canadá nos quedó el sabor agridulce de no haber podido ganar en la crono por un pinchazo yendo primeros. Y este Mundial de pista ha sido una pasada. No nos esperábamos estos resultados”, afirma.

Ricardo es un claro ejemplo de superación. Perdió ambos brazos y una pierna cuando jugando con su primo de niño sufrió una fuerte descarga eléctrica. Con el tiempo, encontró su sitio en la natación. Más de dos décadas compitiendo le reportaron tres oros, una plata y tres bronces en cinco Juegos Paralímpicos. Eso sí, el agua de la piscina fue borrando sus ilusiones, su ambición... Hasta que en 2017 decidió cambiar su hábitat y subirse a la bicicleta. Pedaleando llegó a la cita de Tokio, en la que se colgó un bronce. “Si me lo dicen, no me lo creo. Mi estado de forma y mi motivación no eran las mismas y decidí finalizar esa etapa como nadador. El ciclismo siempre me apasionó, decidí probar y me reencontré con ese Ricardo competitivo. Me he adaptado muy rápido y encuentro muchas similitudes con el tipo de entrenamiento que hacía cuando nadaba”, narra, mientras mira con cautela a París 2024, en cuya sede ha lucido estos días el maillot arcoíris hasta en tres ocasiones. Esos que asoman, serían sus séptimos Juegos y los viviría con 49 años: “La próxima temporada es importante, porque empieza a puntuar. Poco a poco”.

El velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines encarna otro gran logro. “La semana anterior se disputaron los campeonatos del mundo de ciclismo en pista de personas sin discapacidad. Me hizo ilusión competir en el mismo escenario donde vi a mis referentes. En el ciclismo se está haciendo muy buen trabajo a nivel de inclusión”, destaca y pone un ejemplo: el próximo Mundial de Glasgow de 2023: “Se verán pruebas del ciclismo convencional junto con las de ciclismo adaptado”. Misma sede y mismo programa... ciclismo sin adjetivos.

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