El apellido Beloki revive

En el ciclismo actual, cada vez es más común dar el salto a lo grande: desde categoría junior o juvenil… al World Tour. La categoría sub-23 se suele saltar en los corredores a los que se detecta grandes talentos, cualidades para hacerlo bien en con la élite, aunque para ello también haga falta dosis de paciencia. Es el caso de Markel Beloki (18 años), nacido en 2005 y vástago de Joseba, que fichó por el Education First el pasado invierno. Directo al pelotón, compartiendo equipo con corredores como Richard Carapaz y compañeros a los que hace escasos meses veía como un aficionado en las metas ganando, como Rui Costa en Lekunberri en la pasada Vuelta. “Estoy cumpliendo el sueño que tenía al empezar de pequeño: ser ciclista profesional. Llegó el momento, y hacerlo en el World Tour… en el momento en el que se me planteó venir, no dudé. Si tomé esta decisión es por algo, lo hice convencido. Me lo aconsejaron. Hablamos en inglés y me manejo bien”, cuenta Markel, con su rostro juvenil, una de los más precoces del pelotón.

“Estos meses, en las concentraciones, llegaba y estaba con corredores que uf… me costaba creérmelo. Me impactó el salto a una estructura así, la gente que hay, lo organizado que está todo… firmé por unos cuantos años (sin concretar cuantos), por lo que iré aprendiendo día a día. Ese es mi objetivo esta temporada”, desgrana un Beloki que estuvo acompañado por sus padres antes de ponerse su primer dorsal y que estarán a su lado durante toda la semana. “Revive todo lo que pasó hace muchos años. Esto solo pasa una vez en cada corredor. Yo también debuté en Mallorca, con casi 25 años... y él lo hace con 18. Es un corredor diferente a mí, más alto, porque mide sobre 1,85 metros, irá mejor que yo en contrarreloj… dio el paso perfecto saltando al Education First”, dice su padre tras desear suerte y dar un beso a su hijo antes arrancar (acabó ayer el Trofeo Calvia en el 61ª lugar).

El propio Markel se define como “escalador y contrarrelojista” aunque reconoce que “encontrará” su sitio “con el tiempo”. Su calendario no será muy amplio en 2024. Llegó a estar en una concentración con el Movistar en el pasado, pero no fue a más. Se adapta bien al calor y sale habitualmente con su grupeta de Vitoria, donde reside, siendo Contador su referente de niño. “Después de esta Challenge sacaremos conclusiones”, apuntilla su padre, mientras que Markel, cumplido un sueño, tiene otro a largo plazo, uno que su padre estuvo cerca de lograr. “Lo máximo sería ganar el Tour de Francia (Joseba fue 2º en 2002 y se retiró en 2006), pero es algo muy lejano todavía”, concluye el joven, que ya está entre los mejores. El vasco “disfrutará” y “sufrirá” con las grandes estrellas a la vez que lleva un apellido inequivocable que vuelve a retumbar: “Me enorgullece”.

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