Pedersen completa en el Giro la colección de victorias en las tres grandes

Nápoles sigue de fiesta. Balcones con banderas, pancartas conmemorativas… toda una ciudad teñida de azul celeste, el color que representa el SSC Napoli, que la pasada semana volvió a hacer historia con la conquista de su tercer Scudetto, 33 años después del segundo y último que consiguió Diego Armando Maradona, elevado a categoría de religión en la ciudad italiana desde entonces. Pero no solo el fútbol era motivo de celebración en las calles napolitanas, también lo era el Giro de Italia, que allí comenzó y cerró su sexto capítulo de la presente edición. En la Piazza dei Peibiscito, durante la presentación de equipos, algunos optaron por mostrar una bufanda del ‘Pelusa’, caso de Filippo Ganna; Evenepoel dio toques a un balón, demostrando que ‘quien tuvo, retuvo’; otros comieron pizza (qué recuerdos de cuando lo hizo Juanpe López en 2022), como un Andreas Leknessund que todavía conserva la maglia rosa. Mañana, el Gran Sasso será otro cantar…

La victoria llevó la firma de un corredor espectacular, uno de los más completos del planeta. Quién lo iba a decir cuando se proclamó campeón del mundo en 2019, lo que en su momento se catalogó como uno de los arcoíris más sorprendentes de la historia. Hablamos de un Mads Pedersen que impuso su tremenda potencia en el esprint de Nápoles, con vistas al Mar Tirreno, para completar su colección de victorias en las tres grandes vueltas. Además, las ha conseguido en menos de un año, ya que inauguró su lista de éxitos parciales en estas carreras en el Tour de Francia del año pasado, continuó en La Vuelta y hoy remató la faena, quitándole las pegatinas a Jonathan Milan y Pascal Ackermann. Por si fuera poco, significó su 30º triunfo como profesional. Día redondo.

Después de varias jornadas de lluvia, tensión y caídas, al fin los corredores disfrutaron de cierta tranquilidad. El clásico día de transición, si es que consideramos como tal completar 162 km en bicicleta a un promedio de 43 km/h. Casi de salida se estableció una fuga de cinco, formada por Alexandre Delettre (Cofidis), Simon Clarke (Israel), Charlie Quartermann (Corratec), Alessandro De Marchi (Jayco) y Francesco Gavazzi (EOLO). Entretanto, se volvió a confirmar lo cruzada que lleva este año la carrera Fernando Gaviria. El colombiano, que en la quinta etapa no pudo disputar el esprint por culpa de las caídas, se iba de nuevo al suelo, sin consecuencias, en el kilómetro diez. La mala suerte le persigue.

La máxima ventaja de los escapados llegó a los cinco minutos, por lo que alcanzado el ecuador de la etapa, de forma sorprendente, el Ineos ejerció nuevamente de ‘Madre Teresa’, esta vez, aliviando la tarea de los equipos con velocistas. A falta de 60 km, superados ya los dos puertos del recorrido, equipos como Trek, UAE y Bahrain, pensando en Pedersen y Ackermann, dieron continuidad al trabajo del equipo británico para neutralizar a Clarke y De Marchi, apurando al límite, a 300 metros de meta. Al acabar la etapa, el australiano no pudo contener las lágrimas. Ahí fue donde Gaviria se lanzó desde su casa y, una vez más, midió mal sus fuerzas (5º). Demasiados disparos al aire… En los últimos 50 metros, Pedersen le quitó las pegatinas al colombiano y al resto de grandes velocistas de este Giro, que a partir de ahora lo tendrán en chino para sumar más victorias. Llega lo bueno.