La subida aragonesa vuelve décadas después a La Vuelta del 90 aniversario. Roberto Laiseka, que ganó en 2005, regresa por vez primera desde entonces al puerto. Lo hace con AS.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASDurante toda la subida hasta Cerler-Ampriu son frecuentes los cárteles que marcan el desnivel de la carretera en ese momento, habiendo algunos tramos que llegan al 14% durante los 12 kilómetros de ascensión. La parte inicial es la más exigente y en la que se pueden marcar más diferencias.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO AS La subida cuenta con unas vistas espectaculares, incluyendo un mirador en los kilómetros iniciales en el que se puede observar la magnitud y la belleza del valle del Benasque, con la citada localidad al centro. Son varios los tramos con curvas de herraduras en la ascensión.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASEn Benasque no empieza la ascensión oficial como tal, ya que lo hace un par de kilómetros más adelante, concretamente en una rotonda con un giro a derechas, pero desde entonces el terreno ya pica para arriba. En ese punto, y con algunas zonas protegidas por los árboles, que dan sombra, arranca el puerto en el que Laiseka ganó hace 20 años vestido con el naranja del Euskaltel.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASPese a que Cerler es el pueblo protagonista, no es la meta, ya que todavía queda más ascensión hasta la estación de esquí. Esta localidad es la más alta del Pirineo aragonés y la meta está a 1.905 metros en una zona que no tiene paso a Francia. Es decir, la carretera tiene un final. “El venir aquí es de cosa hecha, no de paso”, recalca Laiseka (56 años), que atravesó parte de Francia (Tarbes…) para llegar a Benasque desde Bilbao.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASEn la citada localidad de Cerler, el paso entre hoteles y alguna casa hace que la carretera sea algo más llevadera, incluso un ligero descenso que cambia la media del puerto (alrededor del 6% en total) pero, nada más salir del pueblo llegan rampas de hasta el 14%, poco antes del paso por el refugio militar, con dos perros en la puerta viendo el paso de Laiseka.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASEl también conocido como Valle Escondido destaca por el turismo de montaña, y también por los cicloturistas y aficionados a la bicicleta. En la cima han triunfado corredores como Perico Delgado, Laudelino Cubino, Tony Rominger, Chava Jiménez… y Roberto Laiseka, en una de sus tres victorias en La Vuelta. “En este puerto tuve que atacar tres veces para ganar”, cuenta a AS.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASEsta subida será el desenlace de la séptima etapa, que se celebrará el próximo 29 de agosto. Será bajando desde Andorra, en una jornada similar a la que tuvo Laiseka en 2005. “En el Port del Cantó es probable que se forme la fuga”, vaticina el vasco, que ve las grandes dificultades del puerto “en la primera parte”. “Con el ciclismo actual… puede que no haya muchas diferencias, pero veremos”, añade el vasco.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASDani Miranda, redactor de AS, con Roberto Laiseka en la entrevista post-reconocimiento de la subida a Cerler-Ampriu. “Es la primera vez que vengo desde que gané… pero volveré”, cuenta un Laiseka que lleva quince años trabajando en La Vuelta. En la actualidad es el chófer en carrera del director de la ronda española, Javier Guillén.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO ASLa marca Orbea (y Etxeondo) forma parte de la vida de Laiseka desde hace muchos años. De hecho, su bicicleta está personaliza con sus tres victorias en La Vuelta (Abantos, Arcalís y Cerler) y, en especial, su éxito en el Tour en Luz Ardiden. También hay segundos puestos, “pero de esos nadie se acuerda”. Los nombres de mujer y sus hijos también están en la bicicleta blanca.
FOTO: DANI SANCHEZ / DIARIO AS“El asfalto es de esos que, en agosto, cuando vengamos de nuevo, puede parecer que se derrita”, cuenta Laiseka. Una vez acaba esta curva a derechas, hay un descenso hacia el valle para afrontar un camino más llevadero hasta la meta. Este es el punto del ataque ganador hace 20 años. “Aquí fue mi primera victoria con casco en 2005… y la última. Logré cinco en mi vida, así que me acuerdo bien de todas”, bromea el vasco, que se quedó con “la espina” de no poder completar el triplete de etapas en grandes vueltas con el Giro tras estar toda su carrera deportiva en la estructura del Euskaltel Euskadi (1994-2006).