El éxito del gregario: “Detrás de cada ganador hay un equipo”

Lo hizo en 2019, en el Santuario del Acebo (Asturias), y cuatro años después, en el Observatorio Astrofísico de Javalambre, Sepp Kuss (28 años) repitió celebración en La Vuelta. Su segundo triunfo... y entró chocando las manos con los aficionados, haciéndoles partícipes de su felicidad y con una sonrisa que prácticamente siempre luce cada mañana. El de Durango (Estados Unidos), afincado en Andorra y con pareja catalana, es uno de los corredores más queridos del pelotón… y además, es de los mejores gregarios del planeta. El Jumbo lo sabe, y sus líderes Roglic y Vingegaard también. Todo esto le sirvió al estadounidense para recibir el maillot solidario (www.maillotsolidario.org), un proyecto de La Vuelta, Bicicletas sin Fronteras y AS, para aumentar la cifra y la mejora de bicicletas en Senegal para que los niños y adolescentes puedan acudir a través de este medio a los centros educativos. Lo recogió este viernes en la salida de Utiel.

“Para mí no es un sacrificio trabajar para mis líderes porque es un orgullo estar con ellos. El nuestro es un equipo muy fuerte y también tengo mi oportunidad en algunas ocasiones, como sucedió en Javalambre. El saludar al público también me sirve para acercarme a la afición, que para mí es lo más bonito que tiene La Vuelta”, dijo Kuss, con un castellano prácticamente perfecto. Sobre vincular ciclismo y solidaridad, el del Jumbo lo ve un total acierto: “Es algo muy importante porque en el ciclismo siempre hay las historias de los ganadores, pero detrás de cada ganador hay un equipo, hay que ser solidario y eso es importante”.