CICLISMO | TOUR DE COLOMBIA

Duitama, 29 años después de un día mágico para el ciclismo español

El Tour de Colombia llega a Duitama, donde Olano fue campeón del mundo en 1995 con Indurain segundo. Hay una estatua ciclista… pero de Oliverio Rincón.

Duitama

En 1995, el ciclismo español vivió uno de sus momentos más mágicos de siempre, y fue en Duitama, en el departamento de Boyacá, en Colombia, llegada de la primera etapa del Tour de Colombia. Esta localidad acogió los Mundiales dicho año con un resultado increíble: Abraham Olano campeón del mundo, tras hacer los dos últimos kilómetros con una rueda pinchada y sin poder soltar las dos manos del manillar para celebrar, y Miguel Indurain segundo, controlando la situación por detrás y también festejando en su entrada a meta. Por si fuera poco, cuatro días antes, en la prueba de contrarreloj, se invirtieron los papeles: Indurain fue oro y Olano, plata. El botín de Colombia, en general, y de Duitama, en particular, quedará para siempre en el recuerdo, especialmente del ciclismo nacional.

El circuito de la prueba de fondo, de 17 km y al que dieron 15 vueltas, incluía la ascensión al alto de El Cogollo, de 5,6 kilómetros, con rampas de hasta el 12%. A día de hoy, todavía queda algún cartel en referencia por la zona, que hace 29 años estabas a las afueras de Duitama… y ahora es una parte más integrada en la ciudad, con numerosos restaurantes. Nada más entrar a la localidad, una estatua ciclista luce a lo alto de una rotonda. No es de Olano, ni de Indurain. El protagonista es Oliverio Rincón, ciclista de la década de 1990 que militó en equipos como Kelme, Amaya Seguros, ONCE y Vitalicio. El ciclismo en Colombia es cultura, tradición, y los reclamos publicitarios en las fachas no son en algunos casos de futbolistas… porque Rigoberto Urán, Nairo Quintana y Superman López (actualmente sancionado) figuran en numerosos carteles.

“Nunca había ido a competir a Colombia hasta que tocó el Mundial. Nos recibieron de forma espectacular, el ciclismo es el deporte rey. El ambiente fue increíble y la carrera, durísima por la altitud (a más de 2.500 metros). Hubo mucha pelea, y la gente, aunque fueras de otro país, te animaba como uno más. Tengo un bonito recuerdo”, cuenta Miguel Indurain a AS sobre aquella edición mundialista en tierras colombianas. Eusebio Unzue, mánager del Movistar, vivió la conquista de Olano y de Indurain desde el coche de la Selección, ya que formó parte de la expedición en 1995. “Estuvimos aquí casi quince días y finalmente las expectativas se cumplieron. Fue maravilloso. En la contrarreloj tal vez era más factible, pero en la prueba de fondo necesitas un poco de suerte. Fue un podio de lujo, con Pantani tercero”, rememora Eusebio, presente en Colombia esta semana.

“En Colombia, junto a Inglaterra, es el país donde más gente vi en las carreteras. Es impresionante. Lo de aquel Mundial fue historia del ciclismo en general y del español en particular. Fue una muestra de compañerismo espectacular, con Indurain haciendo el gesto con el brazo (Eusebio lo recrea) en su entrada a meta tras superar a Pantani en el esprint. Nada mejor que eso para resumir lo que fue aquella concentración con el equipo que empezó en Colorado (EE UU). Tres días después intentamos el récord de la hora con Indurain (en Bogotá), pero no tuvimos suerte (abandonó tras 32 minutos). Posiblemente tendría en las piernas otro récord de la hora, pero el nivel de exigencia de algo así igual ya no cabía en su cabeza. Igualmente, nos fuimos para casa después de una experiencia espectacular”, explica Unzue sobre aquel momento mágico que el Tour de Colombia, con su desenlace en la primera etapa, permitió volver a revivir.

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