Carlos Rodríguez lidera Romandía en la victoria de Carapaz

“No he tenido buenas sensaciones. He sufrido mucho”, decía Juan Ayuso a la conclusión de la contrarreloj del Tour de Romandía, en la que ascendió al primer puesto de la general. Una advertencia, un presagio… El caso es que el de Jávea no mentía. Sus piernas no eran las mejores. Y tampoco lo fueron en la etapa reina de la ronda suiza, en la que el español perdió su condición de líder tras sufrir una crisis importante en los últimos kilómetros. En el final en alto de Leysin, el triunfador fue Richard Carapaz, que consiguió despejar fantasmas tras varias temporadas alejado de su mejor versión. El ecuatoriano firmó su tercer triunfo del curso, cosa que no conseguía desde la temporada 2022, y de paso rompió su sequía en las citas de primer nivel: no alzaba los brazos en el World Tour desde la 20ª etapa de La Vuelta 2022.

Sin embargo, más allá de la sorprendente irrupción del alemán Florian Lipowitz, que le disputó la victoria hasta el último metro, hubo otro corredor que brilló con luz propia. Su nombre, Carlos Rodríguez. El de Almuñécar (23 años) llegó a meta tercero, a diez segundos de Carapaz y Lipowitz, lo que le elevó al primer puesto de la general, una circunstancia que saborea por primera vez en su trayectoria profesional. “Estoy muy contento, superorgulloso del esfuerzo de todo el equipo durante toda la etapa. No sabíamos cómo iban a salir las cosas, pero el equipo creyó en mí. Estoy contento de esa confianza y de que al final haya podido cumplir con un buen resultado. Aún no ha terminado, tenemos que luchar otro día. Voy a hacer todo lo posible para conservar este maillot. No podemos relajarnos todavía, eso sólo lo haremos después de la etapa del domingo. Ojalá podamos celebrar algo entonces. Ganar el Tour de Romandía sería fantástico. He ganado varias veces, pero nunca una general. Conseguirlo sería muy importante para mí”, explicó Carlos en los micrófonos de Eurosport al término de la etapa.

Pese a su buen desempeño, tuvo que sudar de lo lindo el bueno de Carlos para enfundarse el maillot amarillo. El menú constaba de 151 km y cinco puertos categorizados, aunque no sería hasta el último, Leysin, donde se decidiría todo: 13,8 km al 6% de promedio. Allí llegó en cabeza el francés Clément Berthet, después de que se acabase la fuga de un sexteto del que formó parte Raúl García Pierna. El del AG2R llegó a soñar con el triunfo, fruto de un ritmo de ascensión fantástico, pero a falta de 5 km dijo basta. El triunfo quedaba en manos de los ‘gallos’.

El Ineos marcaba el paso con intensidad. Un aviso de lo que estaba por venir. Fue precisamente Egan Bernal quien encendió los fuegos artificiales con un gran cambio de ritmo que descolgó a bastantes favoritos. Hindley, Van Wilder y Ayuso, por este orden, cayeron como fruta madura. A menos de 3 km emergió la figura de Lipowitz, la gran sorpresa de la jornada. El joven talento del Bora (23 años), que hasta ahora solo había demostrado cierto potencial en carreras de segunda fila, pasó a la acción con muchísima valentía. Sólo Carapaz y Rodríguez pudieron seguirle. Segundos después, recuperado el aliento, Carapaz contraatacó y aunque su ritmo fue de más a menos, abrió suficiente hueco como para conseguir la victoria. Enric Mas, recuperando terreno en los metros finales, finalizó 4º, aunque queda a 38″ de Carlos en la clasificación.

Sólo una etapa separa a Carlos de la gloria. La tarea, si bien el desenlace podría acabar en un esprint en el circuito urbano de Vernier, no será sencilla, puesto que deberá controlar, principalmente, a la dupla del Bora: Vlasov se encuentra a 7 segundos y Lipowitz, a 9″. La labor grupal que pueda llevar a cabo el conjunto Ineos será fundamental. Otro día para soñar.

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