"Me siento el número uno, igual que Nadal"

¿Cómo se ve un chico de Parets del Vallés siendo el número uno del pelotón mundial?

Estoy contentísimo. Es un logro que buscaba desde hace tiempo. Ya viví dos veces el triunfo de Valverde como número uno mundial y sé lo que significa.

¿Se siente como Nadal?

(Risas). Sí. No soy el campeón del mundo, pero sí es como Nadal, Lorenzo o Elías. Como yo, ellos son los primeros porque hemos tenido regularidad. No es fácil rendir a gran altura desde febrero a septiembre.

Hay quien piensa que el sistema de puntuación no es acertado. ¿Qué opina?

Para mí es perfecto (risas). Bueno, en serio. Es el que se ha establecido y la verdad es que recoge todas las mejores carreras, clásicas y grandes vueltas.

¿Cuándo se lo planteó?

En principio no pensaba en el ránking. Tras la Flecha Valona me puse líder y empecé a planteármelo. Al acabar el Tour vimos que podía superar a Contador si cuajaba una buena Vuelta.

¿Qué es lo que más le enorgullece de su temporada?

Mi regularidad. Todo lo que me propuse, lo he conseguido.

¿Qué victoria le llenó más?

La que más impacto causó fue la de Mende. Y para mí, también. Porque era el Tour y porque superé en un mano a mano a Contador, porque él también quería ganar, no se avino a pactos. Yo sabía que si le aguantaba, vencía; en los últimos metros soy más rápido que él.

El peor día ¿Peñafiel?

Sí. En la Vuelta hice una crono lamentable. Sabía que perdería el liderato, pero pensaba que podía mantenerme en el podio y me quedé a 1:40. Todos estaban convencidos de que con la dura temporada que llevaba no tendría reservas. Yo mismo me lo llegué a plantear y, por ello, en la primera semana quise aprovechar y gasté fuerzas tontamente que luego me pasaron factura.

¿Va a trabajar la crono?

Sí. Tengo que probar una nueva bici e iré al túnel del viento. Pero con tacto. No quiero perder nivel en la montaña.

Usted se fue del Caisse d'Epargne para correr el Tour.

Y también para ser líder. Sabía que lo que haces en el Tour se multiplica por tres con respecto a cualquier carrera. Y así ha sido. Y además he demostrado que soy un corredor de Tour.

Cosa que no vieron Manolo Saiz, Matxin y Unzué.

Pensaron que no aguantaría en el llano y que llegaría cascado a la montaña. Hicieron lo que creían mejor. Los tres son grandes directores. No les reprocho nada. De todos he aprendido.

¿Se arrepiente de no haber tomado antes esta decisión?

No. Llegó en el momento, en mi punto más alto de madurez.

¿Su gran objetivo en 2011?

Tengo varios. Primero, las clásicas. La que mejor me va es la Flecha Valona, pero sueño con la Lieja. Luego, el Tour y la Vuelta.

¿Se ve ganando el Tour?

¿Por qué no? El ciclismo ha cambiado mucho. Hay gente que un día hace una hazaña y al siguiente sufre una crisis. El recorrido es más bueno para mí. Tiene mucha montaña y pocos kilómetros contrarreloj. Desde un punto más realista, me planteo el podio y ganar una etapa.

¿Se ha marcado ya alguna?

Me gusta Plateau de Beille.

¿Fue difícil para usted adaptarse al Katusha?

Qué va. Todo lo que pides, los rusos lo multiplican por dos. Y además me tienen en palmitas. Ahora han fichado a Losada y Dani Moreno para ayudarme.