"Con su equipo, Armstrong parte con una gran ventaja"

Con relación a sus dos victorias en 2007 y 2009, ¿con qué forma física afronta este Tour?

De peso estoy igual: 62 kilos (mide 1,76 m). Y la condición física es muy buena. Pero es difícil saber si estoy mejor o peor que en años anteriores. He cogido un pequeño constipado que me ha impedido realizar los test para constatarlo. Pero estoy tranquilo. Sé que esto es cuestión de unos días y hay tiempo para llegar bien al Tour. Yo creo que puedo coger un nivel más alto que el año pasado. Eso espero.

Su equipo no es tan potente como el del año pasado.

Es innegable. Está claro que nuestro equipo no está al mismo nivel del RadioShack o el Saxo Bank. Por contra, todos mis compañeros están volcados en el mismo objetivo. Eso también es importante, aunque está claro que serán otros los que tengan que coger la responsabilidad. Mi equipo podría, pero hasta cierto límite.

Es decir, no podrían controlar la carrera.

Yo creo que ningún equipo puede dominar el Tour de principio a fin. Es imposible controlar la cantidad de factores que se dan. Mi equipo está limitado, pero yo voy a llegar al Tour con una tranquilidad enorme, porque he hecho todo lo posible para llegar en las mejores condiciones. Hay otros corredores que necesitan ganar más que yo. El Tour sólo puede llevárselo uno y lo normal es perder, lo difícil es ganar.

Lo que si está claro es que no tendrá problemas al llegar al hotel.

Sí, estaré más tranquilo y podré relajarme. Y también podré intentar llevar la carrera más rápida o más lenta, según me convenga.

El año pasado se hizo según le convenía a Arm­strong, ¿no?

La contrarreloj por equipos nos dejó a varios con opciones y se defendieron los intereses generales. Se querían mantener todas las opciones. A mí me hubiera gustado que la carrera hubiera ido más rápido. Pero el resultado fue muy bueno.

El RadioShack de Armstrong sí lleva un gran equipo.

El mejor del Tour, junto al Saxo, que también es muy fuerte. Lo mejor del RadioShack no es sólo que tiene grandes corredores, también que todos poseen una enorme experiencia. Hay momentos, como en el último puerto, en que el equipo pasa a un segundo plano. Pero no hay duda de que Armstrong parte con una ventaja impresionante.

¿Armstrong es el más temible de ese equipo?

Claro. Es el jefe de filas y el equipo se va a ceñir completamente a él. Si no funciona, entonces sí jugarían las bazas de Leipheimer o Klöden. Pero está claro que es el más peligroso, porque el objetivo del equipo es conseguir la victoria con él.

¿Le ve ganando el Tour?

Es un claro candidato. El año pasado quedó tercero. Tiene una experiencia grandísima y sabe aprovechar muy bien sus oportunidades. Y en la Vuelta a Suiza se le ha visto a buen nivel.

El rendimiento de Leipheimer y Klöden parece ser más bajo este año.

Las situaciones dan muchas vueltas al llegar el Tour. Incluso durante la carrera hay gente que termina de coger la forma. Leipheimer tiene al final una contrarreloj larga muy buena para él si llega con opciones.

Si tiene que elegir sólo un adversario, ¿a quién señalaría?

Por lo que se vio el año pasado mi rival más peligroso es Andy Schleck. Pero este año precisamente hay más candidatos que nunca. El abanico de gente con opciones de ganar el Tour es amplísimo. Más de la mitad de los equipos tienen gente con posibilidades: Armstrong, Leipheimer, Klöden, Andy y Fran Schleck, Basso, Kreuziger, Sastre, Menchov, Gesink, Evans, Wiggins Y seguro que me olvido alguno más.

¿Y el recorrido? ¿Le gusta más o menos que el de 2009?

Depende. Yo creo que hay pocos que se hayan dado cuenta de lo difícil que va a ser la primera semana. Habrá varios días con peligro de abanicos, de gran tensión por las caídas. Y también está la etapa del pavés, en la que una caída te puede dejar fuera de combate. Habrá que intentar gastar las menores fuerzas posibles, porque luego todo suma. Pero ya estoy concienciado de que puede tocarme alguna etapa más dura que la del Tourmalet.

¿Y luego?

Luego sí me gusta. Los Alpes van a ser más de desgaste y se podrá saber quiénes son los que llegan en condiciones de ganar. La etapa más dura es la de la Madeleine, pero de la cima a la meta hay mucha distancia.

¿Y los Pirineos?

Ahí si que no se podrá esconder nadie. Son durísimos desde el primer día. El puerto de Pailheres tiene un nivel similar al Tourmalet, con la diferencia de que abajo es un horno.

¿Y la crono final tan larga?

Habrá que ver. El año pasado también era larga y me fue muy bien. Puede ir a favor o en contra, depende de cómo llegues. Si, por ejemplo, estoy en desventaja con Andy Schleck, me vendrá mejor que sea larga.

¿Correrá la Vuelta?

Depende de muchos factores, no sólo de mi resultado en el Tour, que será importante. Pero también habrá que ver en qué condiciones físicas está el equipo para afrontar a tope la Vuelta después del Giro y del Tour. Me gusta muchísimo el recorrido. Si pudiera, me gustaría que lo repitiesen otro año.

¿Sabe ya en qué equipo correrá el año que viene?

No. Hay varios equipos interesados, incluido el Astaná. Pero ahora mismo tengo que centrarme en el Tour. Tiempo habrá de preocuparse.