Armstrong aguanta, pero no logra dar miedo

Lance Amstrong tampoco logró dar miedo en la etapa reina de la Vuelta a Suiza. El texano aguantó bien en el grupo de favoritos que llegó a 42 segundos de Robert Gesink, pero en ningún momento atacó y sólo se le vio en cabeza de carrera en los últimos 500 metros, para recortar diferencias sobre el holandés y, quizás, para coger algún segundo de bonificación. Pero ni eso. Urán, Purito y Zaugg le superaron en el sprint.

Y tampoco su equipo, el RadioShack, fue protagonista, siempre a remolque de los demás. Únicamente Klöden tiró del grupo en los dos últimos kilómetros de ascensión al puerto decisivo. Pero luego quedó descolgado, como Leip­heimer. A 16 días del inicio del Tour la banda de Bruy­neel no asusta. Aunque nunca hay que descartar que luego sea otra cosa en el Tour.

Quien sí se ganó ayer la atención con vistas al Tour fue Robert Gesink, la gran promesa del ciclismo holandés. Bueno como escalador y contrarrelojista, pero que nunca lograba destacar en nada. Siempre buenas clasificaciones y pocas victorias. Ayer sí fue un campeón.

Interminable.

Junto a Andy Schleck fue el más agresivo en la ascensión al interminable Albulapass: 44 km, 80 minutos subiendo, con un desnivel de 1.600 metros hasta los 2.315 de su cima. Andy y Gesink atraparon a 14 km de meta a los dos supervivientes de la fuga del día, los españoles Gárate y Txurruka. Y tal como llegaron, Gesink atacó y subió solo los 5 km que quedaban hasta la cima, por donde pasó con 1:05 sobre un grupo de ocho corredores. Luego, 9 km de descenso en los que su ventaja se vio recortada a 42 segundos. Pero es el nuevo líder.