Clasicómano y domador de gallos

Si España no ha ganado más Mundiales en los últimos años ha sido por tener enfrente a Franco Ballerini (11-12-1964, Florencia, Italia). "Copió nuestro estilo y transformó a la selección italiana", recuerda su rival y amigo Paco Antequera, seleccionador español. Con Martini la squadra azurra era una colección de figuras, muchas intrigas y pocos currantes. Ballerini entró en el corral y domó a los gallos. "Le costó mucho. Hubo un Mundial en que un grupo de tifosi le tiraban huevos cada vez que pasaba su coche porque no llevó a un corredor", cuenta Antequera. También recibió palos de la prensa italiana. Pero en cada Mundial elegía un líder, un equipo para trabajar para él y, como mucho, dos agentes libres. "Se la jugó mucho, pero al final encontró el respeto de corredores, prensa y afición". Los resultados le dieron la razón. Cuatro Mundiales: Cipollini (2002), Bettini (2006 y 07) y Ballan (2008), y los Juegos de Atenas 2004 (Bettini).

Ballerini llegó a la selección en 2001, cuatro meses después de colgar la bicicleta nada más terminar su 13ª París-Roubaix, carrera que ganó dos veces (1995 y 98). Era un gran clasicómano y todo un caballero del deporte, de trato exquisito y saber estar allí donde fuera.