Victoria agónica en El Pireo

El último segundo se arrastraba por la esfera, cuando todo brilla con luz artificial, mientras Jabari Parker se elevaba para un triple que diera la victoria al Barça frente a Olympiacos. Falló, estrepitosamente, pero los árbitros señalaron falta. Una falta de Petrusev tan justa como rigurosa, pero que dio el partido a los azulgranas. Un partido ganado en la prórroga, con un esfuerzo inmenso de todos y particularmente de los titulares, donde el Barça supo manejar la emociones y los nervios. Se jugó a lo que quisieron los griegos pero aún así ganaron los de Grimau que, ahora sí, están a un solo partido de su cuarta Final Four consecutiva. Recuperado el factor cancha, tienen dos partidos para lograrlo.

En una serie de playoff los equipos van ajustándose a sus rivales y desde los primeros minutos se percibieron los primeros matices respecto al segundo partido. Primero Olympiacos, que negó los puntos de Jabari Parker, alejándolo del aro y trabando muchísimo el partido. Sin ritmo el Barça es menos Barça y, pese a estar Ricky a los mandos, los azulgranas no pudieron correr. Tampoco anotar en un partido muy físico, aquí no hubo ninguna novedad, que cerró el primer cuarto con empate a 13. El Barça arrancó bien en defensa, luchando cada rebote y peleándole por dentro a Fall. Cierto es que el pívot intimidó en defensa, Vesely falló esos tiros de media distancia que acostumbra a meter, pero en ataque lograron neutralizarle. El mínimo acierto exterior (uno de seis en triples) limitó las opciones de Olympiacos.

El problema del Barça en el segundo cuarto fue eminentemente defensivo, personalizado en dos contrarios que jugaron demasiado cómodos. Primero Petrusev, pero sobre todo Wright. Y le crecieron las dudas (30-25). Alguna imprecisión de más, mucho tiro fallado y la sensación que podía escaparse el rival. Pero Grimau se sacó un as de la manga. Darío Brizuela, inédito en la serie, sumó un par de puntos y dio una asistencia, evitando que creciera el hueco en el electrónico. Un triple de Kalinic, tras una mala primera parte exterior del Barça, dejó el tanteo en 37-32.

El mal tiro exterior condicionó a ambos equipos, pero penalizó especialmente al Barça, sin alternativas por dentro. Pero el triple de Kalinic fue detonante de una excelente racha que puso a los azulgranas por delante: cuatro seguidos, contando el del serbio, para arrancar el tercer cuarto de la mejor manera posible. Canaan, en cambio, siguió negado de tres (cero de cinco). El mayor acierto de los exteriores infló las estadísticas de asistencias de Ricky y Laprovittola, siendo el argentino clave en el cuarto. En una serie tan física, contra un equipo como Olympiacos que se cierra tan bien, le había costado mucho impactar en la serie. Lo hizo ahora. Diez puntos que dispararon la ventaja del Barça, con un triple a tablero de Jabari Parker que puso la máxima ventaja azulgrana del partido (51-57).

Pese a los buenos minutos de Willy, algunos erráticos ataques del Barça volvieron a ajustar el marcador. Algunas decisiones arbitrales muy favorables a los locales, lo empataron (61-61). La defensa de Olympiacos fue mejor, agresiva, y un triple insólito de Petrusev, con un punto de suerte, construyó una significativa ventaja a 2:30 del final (67-63). Pero Abrines creyó. Dos triples suyos y una fantástica canasta de Laprovittola enviaron el partido a la prórroga (71-71).

Y si el final del tiempo reglamentario fue emocionante, el de la prórroga más. Intercalaron pérdidas con canastas hasta el 80-80 y los árbitros sancionaron falta en un triple sobre la bocina de Jabari Parker. Hubo revisión, protestas, pero el norteamericano tiró tres tiros. Metió los dos primeros, tiró a falló el tercer porque quedaban aún 0,5 segundos, y cerró el partido.

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