Tortazo mayúsculo en Atenas con grave lesión de Lessort

Encajar 53 puntos al descanso es sinónimo de partido perdido. Eso le pasó al Baskonia, que no pudo frenar a Kalaitzakis, Lessort y, sobre todo, un Nunn que se marchó al ecuador del choque con 20 puntos y 4 triples. El duelo tuvo un ambiente importante con la afición del equipo del trébol muy metida en labores de animación. Llenar el OAKA es realmente complicado pero los que van, chillan. Ni Grigonis ni Papapetrou estuvieron en condiciones de vestirse de corto mientras que en el conjunto de Pablo Laso, Tim Luwawu-Cabarrot sigue en el dique seco por una rotura de fibras.

El partido ya comenzó en contra con el 4-0 inicial. Desde que Lessort le ganó el salto entre dos a Hall, los atenienses siempre fueron por delante en el marcador. Moneke sufrió un pequeño esguince de tobillo aunque siguió activo en el compromiso. Nunn empezó a enchufarlas y se abrieron las primeras brechas serias (15-8, min. 5). Hubo un parcial de 11-0 favorable a los griegos y las pérdidas volvieron a lastrar al Baskonia (31-10, min 8). Al final del primer cuarto, Nunn se marchó con 14 puntos en su cuenta particular. Las metía de todos los colores.

El equipo vasco mantuvo el tipo en la reanudación (36-21, min. 14) con un Rogkavopoulos muy motivado y demostrando que conoce perfectamente las canastas del majestuoso OAKA. El Panathinaikos hacía mucho daño en anotación y en rebote. Al descanso se marchó con nueve ofensivos. Una pequeña relajación antes del paso por vestuarios volvió a estirar la goma a favor de los helenos (48-27, min. 17). Aunque la escuadra de Pablo Laso supo mantener la compostura en la primera entrega, venía ya muy castigado del parcial del primer cuarto. Al descanso, 53-35 y una proyección de encajar al final 106 puntos. Demasiados. Al final serían 104.

Al comenzar la tercera entrega, el Panathinaikos había lanzado 40 veces a canasta y el Baskonia, 26. Sintomático. Con el 56-35 llegó la gravísima lesión de Lessort. Se cruzó con Moneke, se medio resbaló y se dislocó el tobillo. Todo apunta a rotura de peroné. Gente llorando en la grada, Sloukas con una toalla sobre la cara, Juancho Hernangómez metiendo un triple con lágrimas en los ojos. Por si eso fuera poco, hubo que asistir a dos espectadores en la grada por golpes de ansiedad. Como el médico del PAO estaba con Lessort, el encargado fue el galeno del Baskonia. El tercer cuarto duró 34 minutos de tiempo real.

A partir de ahí, encuentro jugado a tirones con un Baskonia capaz de recortar diferencias levemente y un Panathinaikos que acabó pintándole la cara. El último cuarto fue el de la reivindicación de Lorenzo Brown, que se puso las botas ante una defensa muy floja de los de Pablo Laso. La máxima en contra llegó a ser de 37 puntos en contra (103-66). Acabaron jugando N´Diaye y Savkov. El ruso, por lo menos, enchufó un triple y provocó una falta personal que demostró personalidad y ganas de demostrar orgullo en los segundos finales. Markus Howard acabó dirigiendo las plegarias en el centro del corrillo del Panathinaikos. Rogó por Lessort mientras Juancho cuidaba del hijo del pívot y le abrazaba con cariño. El equipo baskonista regresa ahora a Vitoria para preparar dos choques de primer nivel en los próximos días: el Unicaja el domingo en liga y el París el jueves de la semana próxima en Euroliga.

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