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Sulejmanovic: “En esta vida nada es imposible”

El pívot bosnio del Bilbao Basket se aferra, como el resto de sus compañeros, al milagro de la Copa. Necesitan ganar en el Palau y que pierda Valencia, o una carambola de puntos.

Miguel BarretoEFE

Para Sulejmanovic la palabra miedo no existe. Él que viene de un pasado muy complicado por la guerra de los Balcanes, se ha tenido que forjar una carrera a base de sacrificio. Una trayectoria que pasó de niño por el Union Olimpija y por la cantera del Barça, allí donde también se formaron sus actuales compañeros Rabaseda, Hakanson y Ubal (este aún pertenece al cuadro azulgrana y está cedido en Miribilla). “Cuando me llegó la oferta, es difícil de rechazarla. El deseo de la mayoría es estar en ese vestuario, compartirlo con esos jugadores tres años fue increíble... como vivir tus sueños. Todos tienen una imagen de que no son buenos tipos, que no quieren ayudarte, pero es todo lo contrario. Cuando yo estuve allí, desde el primer jugador hasta el último siempre estaban dispuestos a echarme una mano sobre cómo tenía que hacer las cosas dentro y fuera de la pista, así que estoy agradecido de tener esa oportunidad en mi carrera y conocer personas como esas en mi vida. Aprendí mucho de esa experiencia”.

En su segunda etapa en Miribilla, el pívot bosnio se ha encontrado con serias zancadillas para alcanzar el nivel que dio hace tres temporadas. Tras cerrar dos años en Tenerife muy buenos en lo colectivo, pero no tanto en lo personal, apenas tuvo protagonismo en el Eurobasket con Bosnia y aterrizó en Bilbao con muy poco ritmo “Me siento mucho mejor ahora. Me torcí el tobillo ante el Bahçesehir. No quería parar y me ha llevado más tiempo de recuperación del deseado. Me entrenaba poco, un día o dos antes de los partidos, no podía venir antes de la sesión y quedarme al finalizar como me gusta, así es imposible coger ritmo de competición”, se lamenta, aunque admite que está teniendo un año “con muchos altibajos”. Aún no se ha arrancado al unísono Miribilla con el ‘Sule, Sule’ de 2020. Pero llegará. ”Esté bien o mal, intento que nunca falte la energía. Trabajo todos los días para estar mejor y que la imagen de mi equipo sea buena”.

El equipo de Ponsarnau agotó en Girona gran parte de sus posibilidades para entrar en la Copa. La llave más factible para estar en Badalona es ganar en el Palau al Barça y que el Valencia pierda en casa contra el Zaragoza. Parece inviable la carta de enjugar los 32 puntos de diferencia que tienen los taronja a su favor. Sule ya formaba parte de aquel Bilbao que logró la épica del billete copero en el Blaugrana en 2020, con sede en el Carpena. Ha estado en las tres últimas Copas, una con el Bilbao Basket tras el ascenso y estas dos últimas con el Tenerife. “Es un evento increíble. Lástima no haber aprovechado esa oportunidad que pasaba por ganar en Girona. En esta vida nada es imposible y nadie es imbatible, si crees, confías y trabajas con energía, las cosas te llegan. La victoria de hace tres años fue un regalo para nuestro trabajo. Si ganamos en el Palau, vamos a estar más acerca de nuestro objetivo real (la permanencia) y, si además nos lleva a la Copa del Rey, maravilloso”. Del Barça, solo tiene palabras de elogio: “Es un equipo top, cuarto en la Euroliga y entre los tres líderes de ACB. Me motiva muchísimo jugar contra ellos, tienen plantilla para ganar todos los títulos. Son favoritos, pero en los últimos años no siempre gana el mejor, hay más posibilidades para los modestos. Nunca hay que dejar de creer”. Cree que la lectura de la derrota de Fontajau es que deben corregir errores y mejorar, y si al final no entran en la Copa “no se puede decir que es una catástrofe”. Se trata de disfrutar del camino.

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