Punter: “Si te anotaban en el Bronx era una humillación”

Kevin Punter (Bronx, Nueva York, 1993) hace muchos años que salió de Estados Unidos para convertirse en uno de los jugadores más relevantes del panorama europeo. Antes de viajar, ni siquiera tenía pasaporte. Sereno, amable y seguro de sí mismo, se ha convertido en uno de los líderes del Barça.

¿Cómo está? ¿Cómo ve al equipo en esta pretemporada?

Estoy bien, me siento bien. La pretemporada está siendo sólida, está yendo bastante bien. Ya quiero jugar partidos oficiales. Ahora tenemos al equipo completo, con Toko como el último en llegar.

¿Qué salió mal la temporada pasada?

Muchas lesiones. Empezamos en ACB muy lentos, nos costó al inicio. Luego cogimos algo de impulso y eso nos ayudó a terminar quintos en ACB y en Euroliga. Hubo altibajos, lesiones, pero aun así estuvimos a uno o dos partidos de tener ventaja de campo. No diría que todo salió mal. Lo único es que no ganamos títulos, y eso fue lo que faltó.

Sí, pero en el Barça, aunque no es obligatorio ganar títulos, casi lo es llegar a la final, ¿no?

Sí, pero llegar a la final y no ganar es lo mismo que no llegar. El objetivo siempre es ganar, no solo decir “estuve en la final”. En un club como el Barcelona es importante ganar títulos y tener éxito. Eso es lo que no pudimos hacer la temporada pasada: Supercopa, Euroliga, ACB… nada.

La línea entre el fracaso y el éxito en el baloncesto es muy fina.

Muy fina, extremadamente fina. Como jugador es difícil vivir solo de resultados porque esa línea es mínima. Ningún humano es perfecto, y el deporte es así: a veces se gana, a veces se pierde.

Como su último tiro contra Mónaco. Eso marcó la diferencia: llegar a la Final Four es una buena temporada.

Sí. Terminar quintos con todas esas lesiones no fue una mala temporada. Algunos lo verán bien, otros no. Cada uno tiene su opinión.

¿Y cómo gestiona la responsabilidad? Pierdes un partido y quedas fuera de la Euroliga. ¿Cómo maneja eso?

Tienes que tener siempre presente el panorama general y el objetivo final. Habrá noches duras y noches geniales. No puedes vivir del resultado inmediato porque la temporada es larga. Si te hundes por una derrota un lunes, no tienes la mentalidad adecuada. La clave es mantener la estabilidad mental todo el año, en los buenos y en los malos momentos. Los equipos que llegan lejos son estables todo el año.

La temporada pasada hubo bastante diferencia de resultados entre Euroliga y ACB. ¿Por qué?

Para mí no hay excusas, todos sabemos lo que firmamos: jugadores, técnicos, staff. Es cierto que el calendario es muy duro, jugar dos partidos de Euroliga durante la semana y luego ACB el domingo complica preparar bien los encuentros. Pero al final se trata de ajustar, estar preparados y aceptar que es más baloncesto.

¿Cómo ve a los nuevos compañeros?

Tenemos cinco fichajes: Toko, Clyburn, Cale, Norris y Juani. Con Toko y Will añadimos mucha experiencia, eso nos facilita las cosas. Juani tiene mucho talento, ya lo demostró en la liga. Y los ‘Miles’ llegan con hambre y ganas de demostrar. Creo que es una buena mezcla.

¿Y en lo personal? ¿Qué quiere mejorar esta temporada?

Siempre quiero mejorar. Cada verano reviso mis partidos y trabajo con mi entrenador en cosas concretas. Este año quiero seguir creciendo en defensa, leer mejor los bloqueos, y en ataque mejorar en el pick and roll y en las asistencias. Intento trabajar todas las facetas del juego.

¿Cómo vivió la salida de Anderson y Jabari, dos americanos y amigos tuyos?

Es parte del negocio. Tengo una gran relación con ellos, igual que con Chimezie. Hablamos todo el verano, pero esto es baloncesto. Cada año pasa.

En España el gran rival es el Real Madrid. ¿Y en Europa? ¿Quiénes son los grandes candidatos al título en Euroliga?

Solo pienso en nosotros. El año pasado nos quedamos a un tiro de la Final Four, y con todas las lesiones. Con el equipo sano creo que la historia habría sido distinta. Si estamos todos bien, somos candidatos.

¿Entonces cree que el Barça puede ganar todos los títulos?

Sí. Es muy difícil, pero no imposible. Con el talento, el hambre y la frescura que tenemos, todos los títulos están ahí para luchar por ellos. Esa debe ser la mentalidad: si no piensas en ganar, estás en el deporte equivocado.

Desde fuera, muchos le ven como el líder del equipo. ¿Usted se considera así?

Entiendo lo que significo para mis compañeros. Para mí ser líder es estar siempre ahí: hablando, dando ejemplo o apoyando en lo que necesiten. Me lo tomo en serio.

En esta pretemporada hemos visto a muchos jóvenes, incluso uno de 13 años. ¿Qué opina?

Increíble. Yo con 13 años no estaba ni cerca de ese nivel, estaba en el Bronx jugando en la calle con mis amigos, no con profesionales. Para ellos es una bendición y una gran oportunidad. Los tiempos han cambiado y tienen que aprovecharlo.

Pero jugar en la calle también te da algo diferente

Sí eso es verdad, te da otro enfoque, algo de ventaja en algunas situaciones.

¿La defensa es su punto más débil?

Siempre he defendido, aunque muchos piensen lo contrario. Como anoto bastante, la gente asume que no defiendo, pero nunca ha sido mi caso. En el Bronx crecer jugando uno contra uno te hacía tomarte muy en serio la defensa: si te anotaban, era una humillación. Eso me marcó. No soy un especialista defensivo, pero sí me tomo la defensa con mucho orgullo.

Y la última, que siempre te la hacen: ¿La NBA es un sueño olvidado?

Sí. Fue mi sueño muchos años, pero ahora soy feliz aquí. He encontrado paz y estabilidad en mi vida en Europa, dentro y fuera de la pista. Solo iría a la NBA si pasara algo inesperado, pero ya no es mi objetivo.

¿No echas de menos volver a casa?

Al principio sí, en mis dos primeros años. Pero luego mi vida se adaptó y ahora estoy bien aquí. Firmé mi primer contrato profesional sin tener pasaporte, nunca había tenido uno. Me dieron dos semanas para sacarlo y viajar. Desde entonces no he parado de viajar.

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