Pablo Laso, profeta en su tierra

Visitaba el Bayern Múnich un Buesa Arena y la afición recibió con aplausos al entrenador Pablo Laso. Nacido en Vitoria, formado en San Viator, leyenda en el Real Madrid y ahora, tras una afección coronaria, en el baloncesto alemán. Los bávaros tuvieron ayer un día para olvidar porque había un problema de carga de equipajes en el aeropuerto muniqués y, para no llegar sin equipaciones ni zapatillas, tuvieron que esperar más de dos horas. Tenían previsto llegar al hotel de concentración a las 19,30 h. y lo hicieron pasadas las 9 de la noche. No entrenaron en el Buesa Arena pero sí aprovecharon la sesión de tiro en la mañana del partido. Luego, a la hora de la verdad, fueron superiores a su rival.

Las equipaciones que llegaron eran de color verde pistacho, muy originales. Gillespie protagonizó la primera canasta pero el que hizo las cosas muy bien a nivel ofensivo en esos primeros minutos fue Miller-McIntyre. El choque fue muy igualado desde el principio (12-9, min. 5). El Bayern tenía las bajas de Ibaka y Lucic pero tuvo capacidad de reacción y, tras un mate de Brankovic, se puso 14-16. El partido se movía dentro de unos márgenes muy estrechos y nadie abría brecha en ningún momento. El jugador más destacado del equipo local era Khalifa Diop, que en Zaragoza jugó con molestias en la espalda. Hizo daño en el rebote y en la defensa mejorando, por ejemplo, a Costello o Kotsar.

No cambiaron mucho las cosas en la segunda entrega (31-29, min. 15). En el ecuador de ese segundo cuarto, la máxima a favor del grupo de Peñarroya era de +2 y, en el Bayern, el +4 inicial. Bonga recibió un golpe involuntario de Moneke y tuvo que irse inicialmente al banquillo y, antes del descanso, a los vestuarios. Precisamente, instantes después fue Booker el que impacto con el propio Moneke y la jugada terminó en antideportiva. Fue un aldabonazo porque la goma empezó a estirarse y el Baskonia se puso 7 arriba con el 39-32. Pero luego encajó un parcial de 0-7 y el compromiso se abrazó a 39 puntos. Al equipo vasco le faltaba frescura y lucidez. Ninguno de los equipos estaba fino a nivel ofensivo. Al descanso, 42-41 gracias a un triple de Vanja Marinkovic y a una canasta final de Francisco.

Bonga regresó a un compromiso en el que Bolmaro salió frio de los vestuarios y cometió algunos errores infantiles. Sedekerskis y Marinkovic estuvieron muy acertados, el primero provocando una antideportiva rival y el segundo a base de triples, y estuvieron bien escoltados por jugadores inspirados como Matt Costello o Khalifa Diop (52-42, min. 23). Parecía incluso que el equipo de Peñarroya podía romper el partido a su favor pero el conjunto alemán seguía vivo y cerró ese periodo con un apretado 62-57. Lo de la última entrega fue inexplicable. El Baskonia se fue del partido, fue incapaz de anotar más de 6 puntos y perdió su segundo compromiso como local en la Euroliga, tras el del Real Madrid. Con un juego bastante coral y un Bolmaro pagando su penitencia, los bávaros enfilaron rumbo a la victoria (68-74, min. 38). Los vascos no corrían, se estancaban en estático, concedían el rebote, cometían pérdidas y al final firmaron su defunción.

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