Williamson sobrevive a Antetokounmpo

El Oeste, pasa casi permanentemente desde que Michael Jordan se fue de los Bulls en 1998, que ya ha llovido, vuelve a ser más fuerte que el Este en general y más allá de que el mejor equipo de la regular season, y de largo, esté pegado al Atlántico (Boston Celtics). Si se quiere usar como prueba, su 46-27 tiene a los Bucks segundos del Este con un partido y medio de ventaja sobre el tercero y seis y medios sobre la zona de play in, cualquier cosa menos una preocupación. Con solo una derrota más (45-28), los Pelicans son quintos del Oeste y tienen el play in a dos partidos, básicamente a un traspiés. Y persiguen con la lengua fuera la ventaja de campo en primera ronda (los Clippers están a medio partido) mientras vigilan a unos Mavericks que escalan a toda velocidad (a uno y medio por detrás). Los Pelicans han ganado siete de sus últimos diez partidos por el 5-5 de los Bucks, y están 24-14 fuera de su pista por el 17-19 de los de Wisconsin.

Esos son los números que deja el 107-100 con el que se saldó, en Nueva Orleans, un duelo duro, con tramos que parecían de playoffs, y muy físico; uno de esos ejercicios de ganar por puro tesón en el que Zion Williamson acabó pudiendo más que Giannis Antetokounmpo en su particular batalla de kaijus en las zonas. Por debajo del 40% en tiros totales y con un 25% en triples (8/32), los Pelicans ganaron por pura cabezonería, a base de rebotes de ataque y de forzar pérdidas (7-14) de unos Bucks que se descolgaron antes del descanso (61-45 tras pasar por un -18) pero estuvieron después a tres. Y a cinco con más de tres minutos por jugar. Pero no consumaron la remontada porque Zion (11 puntos, 7 desde la línea de personal, en el último cuarto) cargó con su equipo y lo sacó del atasco final a base de empujar, intentarlo y sacar faltas. Era lo que tocaba, y más después de un final poco asertivo en la derrota de los Pelicans, que siguen sin Brandon Ingram, en OKC.

Zion acabó con 28 puntos muy sudados (10/16 desde la línea de personal) y superó en los minutos finales a un Giannis que acabó en 35+14 pero solo anotó tres puntos en el parcial definitivo, su única canasta en los segundos finales. Antes, se propuso remontar en el tercer cuarto y casi lo consigue: enlazó 20 puntos seguidos en un tramo de poco más de seis minutos. Percutió sin parar y sembró el terror en el aro de unos Pelicans que parecieron a punto de ser arrastrados por la marejada que generó el griego. Pero, justo a tiempo, un Trey Murphy negado hasta entonces anotó dos triples que estabilizaron a los locales (85-73). Después lo intentó Damian Lillard (20 puntos), que se pasó buena parte del tercer cuarto fuera del partido porque tuvieron que ponerle grapas en un labio y acabó cojeando por un rodillazo en el gemelo. Fue uno de esos partidos.

Sin peso contra los Thunder, Jonas Valanciunas sí fue importante (17+10) en la pelea debajo de los aros. Llevado el duelo a mínimos, los Pelicans tuvieron más espíritu de supervivencia y mañana reciben a los Celtics en el tercer partido de una tanda de seis en su pista (1-1 por ahora) en la que se juegan sus opciones de acabar cuartos. Los Bucks, por su parte, no contaron con buenas versiones de habituales como Bobby Portis, y Khris Middleton tiró mal aunque alimentó a Giannis en su monstruoso tercer cuarto. El alero acabó con 7 puntos y 6 asistencias. Beasley anotó 6 triples y 20 puntos, pero los Bucks volvieron a dar la sensación de sí pero no de muchos partidos. Sí para competir con la mayoría de rivales, no si se mira dónde han puesto los Celtics el listón del Este. Y el tiempo se acaba.

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