Wembanyama ya sabe lo que es jugar en Boston

Victor Wembanyama tenía ganas de pisar el parqué del TD Garden de Boston, una de las pistas más míticas de la historia. Ahora que lo ha hecho podrá contar lo que significa jugar allí, especialmente para los equipos visitantes en 2024. Básicamente, perder. Porque los Boston Celtics, que son el mejor equipo de la Liga, sólo saben ganar en casa. El récord es ya de 20-0. Están a un partido de la mitad del calendario como locales. En el 21, mañana, recibirán a los campeones, los Denver Nuggets. ¿Lograrán mantener la racha? Mañana lo veremos. De momento hoy han dado un buen repaso a los San Antonio Spurs (117-98), un triunfo que no puede sorprender a nadie.

Se enfrentaban el mejor equipo del Este (y de la NBA) contra el peor del Oeste, así que era lógico imaginarse exactamente lo que sucedió. Los Spurs aguantaron el tirón en el primer cuarto gracia a su joven estrella. Wemby llevaba 10 puntos en los 12 primeros minutos y los Celtics sólo ganaban por 5 (30-25). El francés ya había dejado algún highlight, no sería el último, y Joe Mazzula había pedido dos tiempos muertos, claramente incómodo con lo que veía hasta entonces. Pero el espíritu de los Spurs este año no es el de perseguir las victorias hasta el último minuto precisamente. “Vamos a perder algunos partidos más. No vamos a ganar 47″, decía después Gregg Popovich. “No me importa y me voy a asegurar de que no les importe a los jugadores”, sentenciaba. Todo dicho.

Entre eso y que enfrente estaba una auténtica máquina de jugar al baloncesto, aunque les faltasen dos titulares como Kristaps Porzingis y el ex Spurs Derrick White, el partido acabó cayendo por su propio peso del lado de Boston. Y fue más pronto que tarde. El segundo cuarto fue una auténtica masacre en el aro texano. A base de ritmo y triples, 6 minutos después los locales ya ganaban por 18 (53-35). Payton Pritchard, Al Horford, Jrue Holiday... Todo el mundo se ponía las botas. El tercer triple en tres intentos de Horford dejaba el marcador en un aplastante 70-45 al descanso. Boston llevaba un 68,8% de acierto desde el perímetro y San Antonio un 20%. Eran 27 puntos de diferencia los que habían llegado sólo por esa vía.

La ventaja de los Celtics llegó a ser de 30 puntos al inicio del tercer cuarto, pero los Spurs lograron reducirla a menos de la mitad (81-68) gracias a Devin Vassell, Julian Champagne y Dominick Barlow. Un espejismo. Pritchard seguía aportando desde el banquillo y Jayson Tatum, que a la chita callando acabó como máximo anotador de los Celtics (24) ponían de nuevo tierra de por medio. Wembanyama iba a acabar el encuentro con 27 tantos, la ilusión cumplida de jugar en el Garden de Boston y una derrota más que sumar al casillero. Ya van 33 en 40 partidos.

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