Wembanyama se queda corto

La primera temporada de Victor Wembanyama en la NBA está llena de luces y sombras. Por un lado, su nivel está fuera de toda duda y es uno de los favoritos, no se sabe si por delante de Chet Holmgren, para ganar el Rookie del Año. Por otro lado, los Spurs no paran de sumar derrotas, lo que está impidiendo que el francés se luzca todo lo que debiera (y pudiera). Una poética contradicción que deja al europeo muy lejos de su homólogo a finales de los 90, un Tim Duncan con el que mucha gente le comparó cuando logró el número 1 del draft (el tercero de la historia de los texanos, con David Robinson completando la lista), pero que de momento le queda muy lejos. Algo que no parece preocupar a Gregg Popovich, que acaba de cumplir los 75 años y sigue empeñado en proyectar esto a largo plazo, sin preocuparse por el presente y con una renovación millonaria en el bolsillo que le puede convertir en octogenario en la NBA si cumple lo firmado. En la franquicia ya han dicho que estará hasta que él quiera. Y nadie sabe si eso le viene bien a alguien. Ni a los Spurs, ni a su legendario entrenador.

El equipo de San Antonio tiene en estos momentos un récord de 10-38, poco más del 20% de victorias, el peor porcentaje de su historia. El segundo más malo fue en la 1996-97 (un 24,4%), cuando los Spurs se quedaron en un récord de 20-62, en la cola de la NBA. Fue el año, otra vez las casualidades, que consiguieron ese número 1 del draft con el que seleccionaron a Duncan, el epicentro de una dinastía que en las dos siguientes décadas logró cinco anillos y sumó seis Finales, además de numerosos récords. El tercer peor porcentaje fue en la 1988-89, cuando se quedaron en un 25,6%. Y el cuarto, también el último por debajo del 30%, el de la temporada pasada, el que permitió la llegada de Wembanyama, lotería mediante. Si Popovich buscaba o no repetir la historia sólo lo sabe él. Lo que sabemos nosotros es que no la está repitiendo.

Los Spurs sumaron ante los Magic (98-108) su segunda derrota consecutiva, llegando ambas después de lograr dos victorias seguidas y estar en un momento en el que parecían jugar sin presión y mostrando una versión correcta, con victoria incluida ante los Timberwolves, uno de los cocos de la Conferencia Oeste. Un mero espejismo que no fue más que eso: los Magic, metidos en puestos de play in del Este (25-23, octavos), solventaron la contienda con 25 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias de Paolo Banchero, el líder del equipo. En la victoria también participaron Franz Wagner (20 tantos, 9 de 16 en tiros), Wendell Carter (14), Markelle Fultz (11, con 7 rechaces y 4 pases a canasta), y 10 de Moritz Wagner desde el banquillo, lugar en el que también aportó Cole Anthony (11). El equipo de Jamahl Mosley controló a placer un partido feo y soso que llegaron a ganar de 25 y que simplemente se dedicaron a controlar en la recta final, ganando la batalla por el rebote (45 a 41) e imponiendo su juego físico y centrado en ambas zonas.

Para los visitantes, Devin Vassell llegó a los 26 tantos y Jeremy Sochan a los 18, con 12 rebotes. Pero las 17 pérdidas y el 29% en triples fueron una losa demasiado grande para superar a sus rivales. Wembanyama, por su parte, fue de menos a más: 21 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 6 tapones (gran dato este último), sumando estadística, como es habitual. Pero se fue diluyendo: 9 en el primer periodo, 5 en el segundo y 7 entre el tercero y el cuarto, con un 2 de 5 en triples que no supuso un porcentaje tan malo como el que maneja en el total de la temporada, por debajo del 30%. Al final, poco importa que los Spurs estén en la peor temporada de su historia: el objetivo es desarrollar al jugador francés y convertirle en una estrella, que el nuevo unicornio de la NBA sea capaz de dominarla en el futuro y que se convierta en el jugador generacional que promete ser. Para eso, lo primero será rodearle de una mejor intendencia y que el proyecto mire a algún lado tangible que no sea el pozo de la competición norteamericana. De momento, otro partido y otra experiencia. El resto, ya lo veremos.