Wembanyama relega a Durant a la historia

El AT&T Center acogía en su seno uno de los partidos por excelencia del estado de Texas, el que enfrentaba a San Antonio Spurs con Houston Rockets. Dos proyectos hechos y nacidos para luchar contra el anillo, el primero con una idea a largo plazo basada en la genial figura de Victor Wembanyama, esa que tanto abarca. Y la segunda acelerando las cosas, de forma acertada o no (es imposible decirlo todavía) con el fichaje de un Kevin Durant al que le han entregado las llaves de la franquicia con 37 años, firmándole una extensión de dos años a razón de 90 millones de dólares (para llegar a los 600 en contratos en la NBA) que le mantendrá en activo hasta, al menos, rozar los 40 años. Una anomalía, pero también una nueva muestra de la longevidad que atesoran las generación que está en la recta final de una carrera que nunca acaba. LeBron James, claro, a la cabeza.

Era la batalla de los contrastes, con el morbo acrecentado de ver el duelo entre dos hombres de tan distintas generaciones: el gigante francés, camino de los 22 años (los cumplirá el 5 de enero) y el prolífico anotador veterano curtido en mil batallas, capaz de hacer lo que le viene en gana en una pista de baloncesto y también tener una capacidad omnímoda para controlarlo todo y, en última instancia, sentenciar los proyectos a los que va cayendo y no estar cómodo ni en San Francisco, donde con los Warriors ganó dos anillos y dos MVPs de las Finales pero, por lo que sea, nunca estuvo contento. En esas se ha movido siempre un jugador difícil de leer y que parece que afronta su última gran aventura en unos Rockets que dependerán del nivel que muestre para ganar o no.

Spurs, Rockets, Rockets, Spurs... El balón saltó al aire con un balance idéntico (5-2, ambos en persecución de los Lakers) y dos momentos de tantos contrastes como los proyectos: los locales llegaban con dos derrotas consecutivas tras sumar cinco victorias para abrir el curso baloncestístico. Sus rivales, al revés, con cinco partidos seguidos ganados y olvidando así los dos que perdieron inicialmente. Y todo, en el contexto de una nueva jornada de la NBA Cup Al final, la victoria fue para unos Spurs (121-110) liderados por Wembanyama y que no se dejaron arredrar por el histórico jugador que tenían enfrente ni por la racha por la que venían unos y otros. Sentenciaron un partido que dominaron la mayor parte del tiempo pero que fue igualado e hincaron el diente con un parcial de 35-28 en el último cuarto que acabó con las hostilidades.

El gigante francés hizo un partido muy completo tras su discreta (para ser él) actuación ante los Lakers y finalizó con 22 puntos (8 de 16 en tiros de campo, 6 de 6 en tiros libres), 8 rebotes, 4 asistencias, 1 robo y 2 tapones. Y fue mejor que un Durant que no termina de encontrarse cómodo en el equipo de Ime Udoka, eminentemente defensivo y sin tanta elaboración en ataque: 24, pero 8 pérdidas de balón. Alperen Sengun (25, con 9 rechaces y 8 pases a canasta) fue el que verdaderamente sostuvo a los visitantes, mientras que todo el quinteto titular de los locales superó la decena de puntos, con mención especial para la actuación de Stephon Castle, saldada con 14 tantos y 13 asistencias. El encuentro fue algo caótico (43 pérdidas entre los dos equipos), pero también emocionante. Y demostró que los Spurs no están como están por casualidad. Y que han venido para quedarse.

¡Tus opiniones importan!

Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.