Washington hace que la baja de Doncic no afecte a los Mavericks

Los Mavericks superaron el segundo test en la misma semana con los Warriors y lo hicieron incluso sin Luka Doncic, líder total, que causó baja para poner su cuerpo a descansar por unas horas. Por lo que el mérito es doble. Los californianos habían ganado el duelo disputado en su hogar tres días antes y venían lanzados, pero más torturados físicamente que los otros en una fase final de la temporada en la que tienen que apretar todo lo que puedan.

La franquicia de Dallas apuró y venció. 108-106 en su American Airlines Center. Y bendita aparición del ala-pívot P.J. Washington, uno de los fichajes del cierre de mercado en febrero, porque cubrió el hueco de Luka Doncic -reservado por unas molestias en la rodilla derecha- de forma magnífica. 32 puntos, con un 12/18 en tiros, además de 5 rebotes, 5 robos, 3 asistencias y 2 tapones para él. Un soplo de aire para unos Mavs en los que la otra superestrella, Kyrie Irving, sí estuvo disponible y causó sensación con 26+8+7.

Los Warriors venían de ganar a los Rockets en el que fue el pelotazo de los últimos tiempos, ya que son el único equipo que les puede sacar de las diez primeras posiciones. Si tenían que elegir uno de los dos encuentros, era el anterior y no éste. Pusieron los huevos en esa cesta y les salió bien. Por eso en Dallas el técnico Kerr reservó a Wiggins y Kuminga, dos aleros que cada vez se entienden mejor, y ahí la escuadra de San Francisco perdió poder.

Green no tuvo el mismo efecto que el miércoles y tampoco ayudaron los fallos cerca de canasta por parte de Golden State. Y eso que controlaron bien el ritmo en la primera mitad del encuentro, llegando al parón dos por delante. Ahí tuvo que reajustar Kidd y tirar por otro camino. Poner fin a la racha de los de Kerr, que venían con seis triunfos consecutivos en el momento clave del curso, iba a ser complicado y había que hacerlo para podar el sendero asilvestrado del Conferencia Oeste.

En el tercer periodo la tendencia cambió. En los visitantes Chris Paul no entendió ese nuevo ritmo que impuso Dallas Mavericks. A sorbos los texanos fueron quitando inercia a los contrincantes y Washington creció como hombre al que buscar, algo que sería un factor aún mayor en el último acto. Los Mavs se fueron diez arriba a mitad del cuarto cuarto y la alerta sonó fuerte en los oídos de los Warriors, que reaccionaron mediante el desenfreno exterior de Curry y Podziemski.

Washington apareció en la franja decisiva. A un minuto y medio Payton y Curry había reaccionado porque estaban seis abajo, lo que el ala-pívot redobló sacando una falta en defensa a Steph que tuvo que ser revisada. Curry se lo tomó a pecho y respondió con un tiro a cinco metros en el flanco izquierdo. Y empate. Tim Hardaway condujo el siguiente ataque y la cedió a Paul Jamaine para que éste anotara la bandeja decisiva, a lo que siguió el fallo para ganar en un triple esquinado de Klay Thompson.

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