Una tragedia copera en Sacramento

Triunfo de los Pelicans en el Golden 1 Center de Sacramento frente a los Kings para avanzar en el torneo in-season de la NBA. El conjunto que entrena Willie Green se impuso 117-127 en uno de los pabellones más complicados de la competición, con Brandon Ingram (30) como líder esta vez de un conjunto que supo jugar a lo que los Kings están acostumbrados y, aun así, ganarles. El mérito es doble o triple en su caso. La Copa da sorpresas como ésa.

Esta victoria en cuartos de final hace avanzar a los Pelicans en el cuadro por el lado del Oeste. Se medirá al ganador del duelo entre Lakers y Suns en la siguiente eliminatoria.

Sólo es la tercera derrota de los Kings en su casa este curso, antes les habían ganado Warriors y Clippers. Ésta es, sin embargo, la más crucial de todas por su importancia.

Los Kings vivieron una pesadilla anoche durante este enfrentamiento con los Pelicans como parte de la Copa que la NBA ha establecido esta temporada para noviembre y diciembre. No sólo perdieron en su hogar y se borraron del torneo, que en sus dos últimas eliminatorias se desarrollará en Las Vegas, sino que el pabellón vivió una tragedia real -fuera de lo que representa el mero atractivo deportivo- en sus gradas: un joven aficionado, de entre 30 y 40 años según apuntó KTXL, falleció. El hombre tuvo que recibir atención médica durante el primer cuarto del partido y los servicios de emergencia, pese a administrarle RCP casi de inmediato, no pudieron salvar su vida. Los jugadores, como confirmó Keegan Murray al acabar el encuentro, no fueron conscientes. Noche para olvidar.

El segundo cuarto fue el punto de inflexión para los visitantes, que desde entonces no decayeron de liderar el marcador y tener bajo control a su oponente. Dominaron todas las facetas del juego, ya fueran los distintos tipos de tiro como los pases de canasta, tapones o robos. Fue un ejercicio colectivo que con merecimiento llevó a la victoria.

Y eso que se las prometían felices los Kings con el inicio de las hostilidades. Seis triples anotados les pusieron con +15 (32-17) a las primeras de cambio. Y con un alley-oop para levantar al público. Todo parecía redondo. La noche cubrió el recinto en todos los aspectos. Antes de cambiar de cuarto, de hecho: dos mates de Murphy (que le da otra dimensión al equipo desde que ha vuelto), un triple de Ingram, un triple de Alvarado y un 2+1 con palmeo sobre la bocina en el adicional. Fue el inicio de la revolución. La confianza de los Pels subió, tanto como para terminar el duelo con un 45% en tiros exteriores, y nadie les frenó. La pareja que forman Sabonis (26+13+10 con 8/12 en tiros) y Fox (30 puntos, 6 pérdidas), uno más acertado que otro, no bastó ante un conjunto con mejores combinaciones en ataque y más hambre en defensa.

En el último periodo los Kings redujeron a cinco y seis la desventaja en dos ocasiones; la primera, con un triple de Monk cuando faltaban nueve minutos para acabar; la segunda, con una cesta de Domas a menos de seis del final. Ahí exhibieron músculo los Pelicans. El acercamiento de los californianos quedó en nada. Nueva Orleans sigue soñando.