Trae Young, en la casilla de salida

La historia de Trae Young con los Hawks podría estar llegando a su fin. El talentoso base, uno de los mejores de su generación, se ha convertido en un producto caduco que no permite ganar a su equipo. Se lesionó el 29 de octubre y no volvió hasta el 18 de diciembre: desde entonces, 0-6 para la franquicia de Atlanta antes de visitar Oklahoma para enfrentarse a los todopoderosos (o quizá ya no tanto) Thunder. Muy malas sensaciones que han terminado por convencer a la directiva de la entidad de que el jugador tiene que salir por muy bueno que sea y por mucho que haya dado a un proyecto que no avanza, totalmente estancado e intentando recoger las migajas de lo que en su día fueron, que tampoco es mucho, para iniciar una nueva era de bonanza que vete tú a saber cuándo llega.

Uno de los motivos que hacen pensar que el tiempo se acaba para Trae es que tiene una opción de jugador el próximo verano con la que rozará los 50 millones de dólares. Si apuestas por una estrella, lo lógico sería que ya se le hubiera ofrecido una extensión, pero los Hawks ni se han movido para ello. El base fue elegido en la quinta posición del draft de la NBA en 2018, el de Luka Doncic. Y lo escogieron los Mavericks para traspasarle de forma inmediata por el esloveno, algo que Mark Cuban ya tenía pensado previamente. Los destinos de ambos se han entrelazado, pero nunca se han unido. Y uno está ahora en los Lakers mientras que el otro tiene toda la pinta de que va a poner a un nuevo rumbo con 27 años para constatar que es un elemento tóxico o un talento generacional. En su mano está, si es que puede. Y a veces cambiar de aires viene bien. Nunca se sabe.

A todo esto, los Hawks van a tener que hacer mucho más que traspasar a Trae (ya veremos si alguien está dispuesto a asumir su contrato y qué están dispuestos a dar a cambio) para reiniciar el plano deportivo de la entidad. Y todo eso teniendo en cuenta que van a renunciar a un jugador que, con sus cosas, fue segundo en la carrera para el Rookie del Año (que ganó Doncic), ha sido tres veces All Star y ha liderado la liga en asistencias. Además de ser el principal hacedor que llevó al equipo a las finales de la Conferencia Este en 2021, algo que no conseguían desde 2015 y una eliminatoria a la que no llegaban desde la prehistoria de la competición. Desde luego y por mucho que el base ahora mismo no esté a un nivel deportivo óptimo con muchos problemas físicos, está claro que los Hawks se librarían del mejor jugador que han tenido en mucho tiempo. Algo a tener en cuenta, sin duda.

Por eso el resultado del partido frente a lo Thunder era lo de menos, ya que los pensamientos estaban en otro sitio. Trae no jugó (oficialmente por lesión, aunque a saber si vuelve a vestir la camiseta de la hasta entonces ha sido su única franquicia en la NBA) y el vigente campeón ganó (140-129) por pura inercia y porque el cuento no podía tener un final feliz para los Hawks, que sumaron su séptima derrota consecutiva. Con 39 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias, Shai Gilgeous-Alexander fue el mejor de su equipo y del partido, acompañado de Chet Holmgren (24, con 9 rechaces) y Jalen Williams (20, con 9 y 7). En los visitantes, destacaron los 30 de Nickeil Alexander-Walker y los 26, con 14 y 6, de Onyeka Okongwu, mientras que el rookie Zaccharie Risacher, otra decepción, se quedó en apenas 12. Pero, al final, la cosa iba en otra dirección: en adivinar el futuro de Trae Young. Algo que de momento no sabe nadie, pero que es muy posible que esté en un lugar muy distinto al que está ahora. Por lo que sea.

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