Todo acaba en y con Spoelstra

Una magnífica resolución de los Heat les dio el triunfo en el tiempo extra en un partido agónico contra los Cavaliers, de lo mejorcito de la Conferencia Este, para dejar los balances clasificatorios empatados. Así de apretada está la Liga estos días. La jugada con la que se cerró el partido, sobre la bocina, es una obra firmada por Erik Spoelstra, multicampeón y nuevo seleccionador de Estados Unidos, y ejecutada perfecta por sus jugadores en la cancha. El descoloque de Cleveland acabó costándoles el encuentro en un suspiro.

El canadiense Andrew Wiggins acabó la faena con un mate tras recoger un pase alto desde la banda. Era para sumar 23 puntos, los dos decisivos de esa jugada y los que acumuló durante una más que correcta actuación. 40% en triples, cinco asistencias, nada mal. No estaba en números de otros compañeros, claro (22+13 de Jaquez, 33 de Powell, 14+20 de Ware), pero estuvo en la pomada toda la noche. Una de las largas. Una prórroga con 12-10 dejó un marcador final de 140-138 que erizó vellos. Donovan Mitchell creía haber hecho una heroicidad en la jugada anterior, a cuatro décimas del cierre, cerrando la velada con 28 puntos y 15 rebotes, pero nada más lejos de la realidad.

Los Heat se habían destacado antes del descanso con un segundo periodo superlativo. El puntaje alto, con ritmo de similar tono, hacía el partido divertido para el espectador. Qué esperar si en el tercer se mantuvo esa tónica, aunque con los Cavs también acertados. Lo que vino era un arreón para agitar todavía más esa coctelera. Y menos mal, lo que nos habríamos perdido de no ser así.

Merrill se cargó una desventaja de diez en 1:28 con cuatro triples, cuatro y no menos, que dejó con la cara torcida a los de Spo. Trabajo hecho con mimo, a la basura. Quedaban otros nueve de partido en el tiempo reglamentario. Ahí imperó la igualdad. Un triple de Mobley en el último minuto colocó por encima a los de Ohio. Tyson, en la siguiente posesión visitante, sacó una falta que pudo ponerles tres arriba, pero erró uno de los tiros libres. A dos, Jaquez sabía que tenía margen de maniobra. Con tablas en 128 Mitchell falló la última opción.

Los Cavaliers tenían una sensación dulce después de la remontada. Lo que siempre se cuenta de la dinámica del que acaba de conseguirlo, que tendrá más sencillo ganar por el impulso mental con el que llega. Pero Miami se puso dura como el pedernal. No sólo no le perdieron la cara al encuentro sino que estuvieron más vivos en el tiempo extra. Cinco minutos que también fueron infartantes.

Tres abajo los de Atkinson y buscaron empatar con Merrill, que les estaba dando rendimiento. 138-135. Tiro fallado. Mitchell, en uno de los cinco rebotes ofensivos que capturó anoche, cogió el balón y se fue a la esquina izquierda con agilidad para, muy desequilibrado, tirar y marcar. El estallido de felicidad era lógico, jugadón por su parte. El encuentro había quedado igualado de nuevo. Faltaban cuatro décimas de segundo en el reloj, eso sí. Y todo era susceptible de cambiar. Spoelstra marcó una jugada sencilla pero efectiva en el tiempo muerto: carrera de Powell hacia el perímetro para amagar como lanzador, en la acción secundaria hubo bloqueo de Ware al defensor de un Wiggins para el que de verdad era la posesión, el alero corrió a machacar y el pase de Jovic fue certero. El ascensor subió hasta el último piso. Un instante, un gozo. Victoria de entrenador.

Otros resultados de la jornada en la NBA:

• Pistons 137 - Wizards 135
• Magic 115 - Blazers 112
• Mavericks 114 - Bucks 116
• Suns 121 - Pelicans 98
• Jazz 113 - Timberwolves 120
• Clippers 102 - Hawks 105
• Hornets 111 - Lakers 121
• Bulls 117 - Spurs 121

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