Sabor agridulce en el mejor partido de Santi Aldama en la NBA

No hay fortuna que acompañe a los Grizzlies en este inicio de temporada. La sanción de Morant está pesando en exceso, Adams se lesiona y Clarke no vuelve, la rotación no tiene la fuerza de otros años y hasta el poderoso Smart se pierde el partido que más quería jugar (contra sus ex) por un problema en el tobillo izquierdo que le llevará más de un mes. Las cosas no están saliendo a pedir de boca, que digamos. Para más pena, están perdiendo algunos partidos que, a pesar de tanta penuria, no se deberían escapar por la manera en los que los afrontan. El de Memphis de este domingo noche, teniendo enfrente a Boston, es uno de ellos.

Los Celtics salieron victoriosos del FedEx Forum por una sola canasta de diferencia, 100-102, que resultó ser un mate a dos manos del jugador que más daño hizo a los locales. El letón Kristaps Porzingis dominó cuando debía con 26 puntos, 8 rebotes y 6 tapones, siendo uno de ellos el que cerró el encuentro (puesto a Ziaire Williams).

No salió de cara ese final para los de Tennessee y es otra de las historias que se repite. Esta vez se añadió una jugada totalmente loca en la que Holiday falló el mate que sentenciaba el triunfo visitante y llegó al otro lado con un triple de Aldama en contraataque, un rebote y un tapón que, en apenas segundos, decantaron la balanza antes de que sonara la bocina. La polémica está en que Taylor Jenkins, el entrenador de los Grizzlies que hace una semana había dicho que el arbitraje contra ellos era atroz, pidió el tiempo muerto (así lo admitió) que le quedaba y los colegiados, por omisión, no dieron la oportunidad de parar.

Poco sirvió el partidazo del ala-pívot español Santi Aldama, el mejor de su carrera en la NBA hasta el momento. Ante las bajas del equipo se ha crecido. Venía de un 17+10 frente al unicornio francés Victor Wembanyama e incluso subió el nivel. Frente a los Celtics, aunque le quedará la espinita de ese tiro fallado para ganar, superó sus barreras preestablecidas. 28 puntos en 39 minutos, ambos son récord para él, con esta estadística: 5/12 en tiros de dos y 6/15 de tiros de tres. También aportó 12 rebotes, con lo que completó un doble-doble, y 6 asistencias y 2 robos. Había preparado bien el encuentro, admitiendo a la prensa local que Marcus Smart le había estado hablando “diez minutos seguidos” sobre la forma de jugar de los Celtics (solo que se olvidó de un Kristaps Porzingis con el que no compartió plantilla), pero la gran actuación individual no quedó premiada con la victoria colectiva. Jenkins, su técnico principal, tuvo unas sentidas palabras para el partidazo del jugador de Las Palmas de Gran Canaria, que todavía tiene 22 años: “Hoy ha estado genial. Creo que ha jugado de ‘3′, ‘4′, ‘5′... Con los problemas de faltas y los cambios en la alineación que hemos tenido ha estado increíble. Y ha hecho lo que hablamos con él cuando regresó el verano: jugar con agresividad. Es muy versátil. Estoy muy orgulloso de su desempeño en ataque, ya que ha empezado de alero y ha estado incluso de pívot. Y puede ser hasta un ‘playmaker’ para nosotros. Me ha impresionado. Ha estado trabajando mucho en el tiro de tres desde la pretemporada y hoy ha ido al ataque”.

Esa facilidad de Santi para ocupar tres posiciones distintas le llevó a ser un taponador de huecos en los Grizzlies. Las faltas de Jackson y Biyombo, los interiores titulares, que acabaron con cinco de las seis permitidas, impulsaron al español a jugarse una buena minutada y a ser clave en ella gracias a su acierto. Metió seis triples, que también es su récord en la competición.

Los Celtics entraron por delante al último acto y en ésas se mantuvieron hasta que llegó el bombardeo desde fuera del perímetro. Uno de los tiros de Aldama junto a tres de Bane (30), máximo anotador local, volcaron el marcador a favor de Memphis. Ni los Jays -Tatum perdió ocho veces el balón, Brown falló once tiros- ni Holiday o White habían estado en el excelso nivel del resto de la temporada, sí Hauser (15) como suplente, pero en verano ficharon a Kristaps Porzingis para ser ese otro jugador diferencial en los dos lados de la cancha. El letón se tomó en serio el reto al ver que Memphis se les hacía grande y dio un paso adelante. A dos tiros libres que sirvieron para empatar a 100 el encuentro siguió -con una filigrana de Aldama, un pase por la espalda, que salió mal, su única pérdida de la noche- un pase para el corte interior de Kristaps, que marcó un mate y colocó de nuevo en ventaja a su equipo. Y no se volvió a anotar más.

Con un error de Bane se pasó al intento de sentencia de los Celtics, pero Jrue penetró y falló lo más fácil: el balón se le salió en un mate con la zurda que parecía hecho. En el fragor del momento los árbitros no se percataron de que Jenkins quería pedir un tiempo muerto y el tiempo corrió. Aldama lanzó de tres nada más llegar, pero ni ese ni un tiro en reverso de Williams entraron.