Remontada en pleno terremoto

Los Knicks necesitaban desesperadamente ganar un partido. Por la clasificación, desde luego, pero también para aferrarse a algo, coger aire después de unos días muy duros. Tres derrotas seguidas y la confirmación de que Julius Randle tendrá que pasar por el quirófano para operarse del hombro y no jugará, finalmente, en los playoffs. Y todo mientras el codo mantiene parado a OG Anunoby, sin más noticias (al menos, no buenas) por ahora del alero. En esas, llegaron los Kings al Madison, empezaron a meter triples sin parar (7/9 en el primer cuarto) y se pusieron con un cómodo 25-46 en 15 minutos. La tormenta arreciaba pero ahí, aparentemente noqueados, emergieron los Knicks: 120-109 y una buena alegría. Primero supervivencia, y en el último cuarto bocado con un 13-0 que convirtió un 92-95 en un 105-95.

Jalen Brunson (35 puntos, 11 asistencias, 3 robos) y Josh Hart (31+9+8) dirigieron la carga fanática de unos Knicks en los que DiVincenzo anotó 21 puntos (5/9 en triples) y Bojan Bogdanovic 12 de los 14 puntos totales del banquillo. En los Kings, 29+7+7 de De’Aaron Fox y 17+11+7 de Domantas Sabonis. Pero malas sensaciones por la derrota en un partido que parecieron tener controlado y que era el primero de un back to back que les pone esta noche en Boston, nada menos… con solo ya medio partido de ventaja (44-32 ahora) sobre los Lakers. Los Californianos son octavos, sumergidos en el play in y a la misma distancia (dos partidos) del décimo que del quinto. No era lo que esperaban a estas alturas, pero más les vale centrarse en pelear por, al menos, ir por el lado bueno de la repesca. Si pierden hoy en el Garden, no tendrán margen de error. Y les queda, por ejemplo, visitar a los Thunder y un back to back contra Pelicans y Suns.

Los Knicks están 45-31, quintos del Este con las mismas derrotas que el tercero (46-31 los Cavs) y el cuarto (45-31 los Magic). Esa es su pelea mientras se enfrentan a una crisis seria de relaciones públicas. Randle, una vez que se confirmó que no podrá jugar esta temporada, dio una entrevista a Bleacher Report en la que sembraba dudas sobre un proceso en el que la comunicación no ha sido en ningún caso clara desde que el ala-pívot se lesionó el 27 de enero: “Quiero que todo el mundo sepa que hice todo lo que estaba en mi mano para volver. Por eso no me operé en un primer momento. Pero hace cinco semanas, y por eso he acabado así, realicé un entrenamiento con contacto y se agravó la lesión. El hombro no estaba estable, fue como cuando se dislocó la primera vez. Desde entonces, todo ha sido cuesta arriba… la operación era la única opción llegados a este punto. Y es muy frustrante, pero estoy en paz con cómo he hecho las cosas y cómo lo he intentado todo”.

Los Knicks no hablaron nunca ni de que Randle había pasado a hacer entrenamientos con contacto ni informaron de esa recaída que ha terminado conduciendo al jugador al quirófano. Una falta de claridad que enlaza con la situación de Anunoby, que acabó operándose por lo que en principio era solo una inflamación en el codo y que ahora estaba en teoría solo en fase de puesta a punto pero se ha perdido otros nueve partidos.

Tom Thibodeau ha tratado de ajustar la versión oficial del equipo a la de la entrevista de Randle: “Trabajó con contacto, pero contacto controlado. Y unos día se sentía mejor que otros. Tenía que seguir su instinto, creía que podía volver y jugar como lo hace él, de forma muy agresiva y con mucho contacto. Pero si no puede usar su hombro para moverse así, no puede jugar. No tal y como le gusta hacerlo. Y cuando tenía un buen día, el siguiente no lo era tanto... al final, le creo, ha hecho lo que le ha dicho su cuerpo, llegó hasta donde pudo. Hasta que tuvo que hacer que miraran ese hombro otros especialistas y llegó a la conclusión a la que ha llegado. Yo no quiero tener en pista a nadie que no esté cómodo. Es una pena porque estaba teniendo una temporada monstruosa. No fue una decisión fácil, ha recabado toda la información que ha podido”.

Los Heat no pueden controlar a los Sixers

En Miami, mientras, se jugó un increíble partido en el que los Sixers sobrevivieron (105-109) y ponen al rojo vivo la siguiente batalla clasificatoria, la que va del sexto al octavo puesto. Ahora mismo, los Pacers están 43-34, los Heat 42-34 y los Sixers, 42-35. Los de Spoelstra perdieron una ocasión de oro para distanciar a los Sixers, otra vez peligrosos con el regreso de Joel Embiid, y para mantenerse en esa sexta plaza que permite escapar del play in. Llegaron a tener una ventaja de ocho puntos en el ecuador del último cuarto, un momento en el que Embiid se fue al banquillo, agotado. Pero no supieron amarrar el triunfo en una noche extrañísima, muy intensa, en la que de un 2-17 inicial se pasó a un 25-6 local y de ahí a otro 1-20 de los Sixers, un 17-0 de los Heat… un partido de rachas del que salieron vivos los Sixers, a medio de distancia ahora del séptimo puesto, y a uno del sexto.

Embiid acabó con 29 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, pero con un impropio -19 en sus 33 minutos en pista (y un 11/25 en tiros). En el momento de la verdad, los héroes fueron Kelly Oubre (18 puntos, 8 rebotes) y sobre todo Tyrese Maxey, que volvía tras dos partidos y acabó con 37 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias. Los Heat siguen sin enderezar de verdad el rumbo: Rozier anotó 22 puntos, Butler 20 y Adebayo 14 con 11 rebotes.

Estos fueron los resultados en la jornada del viernes:

HEAT 105-SIXERS 109

KNICKS 120-KINGS 109

MAVERICKS 109-HAWKS 95

Consulta en este enlace la crónica del partido

ROCKETS 110-WARRIORS 133

Consulta en este enlace la crónica del partido

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