No hay rebelión que pueda con Doncic

En uno de los partidos de la jornada que no tuvo relevancia para el In-Season Tournament, los Mavericks vencieron a los Rockets (121-115). El equipo liderado por Luka Doncic ya estaba eliminado de la Copa NBA, ese deseo expreso del comisionado Adam Silver que cuenta con su primera edición, algo inédito hasta ahora en la competición norteamericana. Han sido muchas las franquicias que se han quedado por el camino al perder más partidos de los que han ganado durante los martes y los viernes, esos días en los que las pistas de los conjuntos locales se llenaban de llamativos colores en encuentros que contaban para el récord de la regular season, pero también para el torneo. Y los Mavs eran uno de ellos: estaban fuera de forma matemática y no tenían ninguna posibilidad. Pero, eso sí, la victoria las servía para seguir en la parte alta de la Conferencia Oeste. Y la han logrado.

Doncic se salió en su nivel habitual, ese al que nos tiene acostumbrados pero que no por eso tenemos que normalizar. El esloveno, con su infinito talento, sigue consiguiendo estadísticas deslumbrantes y sumando récords de precocidad y otros que ya ni siquiera tienen que ver con eso. Esta noche no cayó ninguno, pero estuvo extraordinario: 41 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias y 0 pérdidas, con 15 de 29 en tiros de campo, 3 de 10 en triples (peor ahí) y 8 de 9 en tiros libres, además de 2 robos y un +12 con él en pista. La estrella logró 12 tantos en el último periodo, el que inclinó definitivamente la balanza a favor de los locales, un 37-27 de parcial que dejó claro que ni siquiera la revolución de los resucitados Rockets puede con su persona.

No fue el único que destacó: Kyrie Irving sigue mostrando un gran nivel y se fue a 27 tantos (11 en los 12 minutos finales) y 5 asistencias. Derrick Jones fue clave desde el banquillo, aportando 15, 12 en el último cuarto, los mismos que Doncic. Mientras que Tim Hardaway se fue a 11 y Dante Exum a 12. Las actuaciones de estos dos últimos compensaron los pobres bagajes de Grant Williams (0 de 5 en tiros de campo, 0 de 3 en triples), de Josh Green (apenas 5 puntos) y de Dereck Lively, que se diluye con el paso de los partidos tras un gran inicio. Esta vez, 8 tantos (4 de 4 en la serie de lanzamiento), 5 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones en algo más de 27 minutos. Una buena hora estadística, pero ligeramente menor que en encuentros anteriores.

En los Rockets, no hubo opción a pesar de los 31 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias de Alperen Sengun, que se aprovechó de la carencia en el juego interior de los Mavericks para mantener su increíble nivel y producir a su antojo. El turco sigue cuajando una temporada sensacional y continúa como una de las grandes revelaciones. El stopper Dillon Brooks, mucho tiempo emparejado con Doncic, se fue a los 16 tantos, los mismos que Jabari Smith. Jalen Green se fue a 12 y Fred VanVleet a 10, con 12 asistencias. Todos aportaron, pero no hubo premio ni en la victoria ni con el pase a la Copa NBA. En el grupo B de la Conferencia Oeste pasan a cuartos los Pelicans, que tienen sellado su pase sin jugar. Mientras que Rockets y Mavs verán el torneo de Las Vegas por televisión. Es lo que tiene.

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