No hay consuelo para estos Clippers

0-5. Así se plantarán los Clippers en el siguiente partido. 0-5 desde que realizaron el fichaje de Russell Westbrook, defenestrado por los Lakers y acogido por conveniencia en unos Jazz que no le querían. Llegó libre como recomendación personal de Paul George, con el que coincidió en OKC, y se confirmó como el gran nombre en el buyout market. Los angelinos no saben lo que es ganar desde que juegan con él en la plantilla. Y se han perdido duelos importantes en la división y en la conferencia. Este back-to-back ante Warriors y Kings ha dolido quizá más por todos los condicionantes que lo han rodeado. Ante los de Mike Brown, un resultado que pica: 128-127 y con cierto sentimiento de polémica al final. “Aquí no hay victorias morales”, decía un airado P.G. en la rueda de prensa, y no le falta razón. Ahora están octavos, con el balance de victorias y derrotas empatado en 33, y ven el precipicio cerca. Sin Kawhi Leonard, reservado, y también sin Morris y Zubac, se vio una mejor versión del equipo, pero es un nimio consuelo en comparación con haber sumado otra derrota al casillero y ante un rival que se presume directo en la conferencia.

Recordemos que el precedente de este encuentro fue la segunda máxima anotación de la historia de esta competición. La serie, además, se la van a llevar los Kings. Los Clippers, que desde hace cuatro años aspiran a algo más de lo hasta ahora conseguido, sólo han ganado uno de los cuatro duelos. Un punto de interés por si se cruzan cuando lleguen las eliminatorias.

Los Kings no se quedaron contentos con la gestión del partido. Sí, obviamente, con el resultado. Los Clips hicieron más con menos y, sin embargo, no ganaron. Son las ironías de la NBA. También le llegó una a Westbrook servida por sus ganas de agradar. Russ, en una buena actuación individual (27 puntos y 10 asistencias, con 12/16 en tiros de campo), perdió un balón en los últimos segundos, una jugada típica en la que el receptor del pase ya está pensando en el movimiento que va a hacer después de siquiera capturar el balón, y se quedó, como se dice en algunos sitios de España, con cara de ajoporro. No se hizo justicia a lo visto durante toda la noche. George lo decía: se vio una versión parecida a la de sus mejores tiempos. No bastó. El término de la velada parecía en relativo control de los visitantes, un punto por encima cuando se dio esa pérdida clave de su base. Una falta a Domantas Sabonis (23+10+7) en la jugada siguiente cuando intentaba rebotear en la ofensiva puso el marcador como finalmente quedó. Paul George (28+7+8) tuvo la última opción y ahí llegó la crítica: su lanzamiento de tres no entró y el escolta-alero rogó a los árbitros que pitaran una supuesta falta de Fox al tocarle el brazo de tiro.

Debemos recalcar de nuevo que tanto Westbrook como George hicieron lo más posible para que sus Clippers ganaran. Lejos de ridículos. Lejos de negatividades. Pero el resultado fue el mismo, una derrota que en términos clasificatorios aún no supone un peligro grave pese a lo apretado del Oeste pero que sí mina aún más la moral de los integrantes de ese equipo.