¿No Doncic? Go Reaves

Será verdad eso de que todo se pega. En los Lakers habrán pensado en eso, con una sensación entre alivio y regocijo, después de lo ocurrido en la jornada de domingo. A primera hora en el huso horario del Pacífico se confirmaba una mala noticia: Luka Doncic va a estar al menos una semana de baja, esperan que no se alague más que eso, por dos percances que se han juntado al mismo tiempo: un dedo de la mano izquierda está dañado y la pierna izquierda sufre también una contusión. Su baja se une, cómo no, a la de un LeBron James que vislumbra su debut de temporada allá por finales de noviembre y, para completar, a la del pívot Jaxson Hayes, ausente de nuevo. Con ese panorama no era sencillo augurar un triunfo de los Lakers en su visita a Sacramento, tierra hostil, unas horas más tarde. Faltaba un nombre en la ecuación, Austin Reaves, y un propósito: romper con esos malos pensamientos y firmar el mejor partido de su vida. Así se arregla.

En los dos primeros partidos de los Lakers habíamos visto a Reaves asentado como segunda opción. Incluso Doncic le cedía posesiones a propósito para que se mantuviera estable en esa línea secundaria. Pero Luka es mucho Luka. 92 puntos anotó entre los dos compromisos, 43 ante Warriors y 49 ante Timberwolves, que habían colocado el 1-1 en el balance de apertura. A ritmo de MVP de la NBA. Complicadísimo verle un relevo. Pero ahí está Reaves. El escolta, que además juega con la soga al cuello porque sabe que es uno de los fácilmente traspasables por economía y estructura, impuso un nuevo récord en lo personal y un liderazgo en lo colectivo que llevó a los angelinos a vencer a los Kings por 120-127. Apoyado por los interiores, Ayton (22) y Hachimura (18), sintió la completa libertad para jugar y hacer jugar. Vaya resultado. 51 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias, a una del triple-doble, con 12/22 en tiros de campo y 21/22 en tiros de uno.

Un debate que impregnaba los Lakers ése de cómo encajar a Reaves, y él es consciente de que no es sencillo, entre tanto jugador exterior que maneja el balón. Sobre todo, Doncic y James. Para un chico que optimiza sus recursos en ataque amasando la bola para penetrar, escenario ilegible. Eso sí, el tiempo pasa y hace estragos, en la plantilla ha dejado a las dos superestrellas fuera de juego y a Austin se le han abierto las puertas del cielo. Luego queda aprovecharlo para reivindicar el papel en lo numérico y para gritar a los cuatro vientos que también se gana si él es importante e incluso referente. Un golpe en la mesa a puño cerrado y con violencia, fuera de casa y casi por sorpresa.

Qué pensarían Schröder y Westbrook, con 18 puntos por barba, de lo hecho por Reaves. No sólo dejó a la vista vergüenzas en defensa. Es que ellos dos, precisamente, saben lo que es pegarse con técnicos y aficionados de los Lakers tratando de ser el mejor tercer hombre posible de esa franquicia. Ahora, en Sacramento, vieron la vida pasar. Otro escolta con soltura ofensiva, Zach LaVine, fue el mejor local con 32. Los de Doug Christie cedieron por primera vez en el Golden 1 Center y se sitúan en negativo después de tres encuentros disputados. 21 tantos de DeRozan y 14 rebotes de Sabonis, se ha de añadir, pero también que la actuación de ambos resultó un pelín decepcionante. Rotación muy corta (Cardwell era el octavo hombre y jugó 13 minutos) en un equipo que aspira a ser, como mínimo, competitivo en un Oeste tan apretado.

El equipo local osó dejar suelto a Reaves cuando no debía. En casi cuarenta minutos sobre el parqué, y con todo lo que tuvo que hacer, cumplió con todo como si fueran quehaceres habituales. Se amolda bien al papel. Y además, con precisión: únicamente dos pérdidas de balón en su haber. Después harían falta los toques de magia. Durante el primer tramo del último cuarto los Kings le consiguieron dar la vuelta al marcador y ponerse a liderar, a lo que Reaves respondió en primera persona con tres triples en dos minutos. Vio el problema, tuvo la solución. Con él hasta el final, pensaron los compañeros, y eso es ser un líder en la pista. Qué notición para ellos; no les irá mal.

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