Ni Embiid ni una Copa levantan a estos Sixers

Esta noche la NBA daba el pistoletazo de salida a la segunda edición de su Copa, el In-Season Tournament del año pasado que ahora se ha renombrado como Emirates NBA Cup. Un modelo competitivo novedoso en Estados Unidos, un torneo copero que comparte partidos con la temporada regular hasta los cuartos de final incluidos y que la pasada temporada dio algún toque (tampoco excesivo) de picante a este tramo inicial del curso. Veremos si con el tiempo va ganando vuelo hasta convertirse en algo realmente importante para todos. Los primeros, los equipos, que no siempre se lo tomaron tan en serio como a la NBA le gustaría. En el estreno de hoy, con ocho partidos en disputa, teníamos el regreso muy esperado a las pistas de Joel Embiid, que no jugaba desde la final de los Juegos Olímpicos a mediados de agosto. Tres meses sin disputar un minuto y habiéndose perdido los nueve primeros encuentros de la temporada, seis por lesión y tres por sanción por empujar a un periodista en el vestuario, el pívot ahora estadounidense por fin se puso el uniforme de los Sixers, que lo necesitaban de vuelta como el comer después de un inicio de curso horrible (2-7). Pero la resurrección tendrá que esperar al menos un día más, porque esta noche los New York Knicks fueron claramente superiores y les endosaron la octava derrota del curso (99-111).

Sin Tyrese Maxey, el jugador más destacado de los de Filadelfia hasta ahora, Paul George jugó su mejor partido desde que llegó a los Sixers: 29 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 10/19 en tiros de campo y 7/11 en triples. El encuentro soñado por todo aficionado del equipo. Lástima que nadie más le acompañase. Los porcentajes del tiro de los 76ers fueron ruinosos (37,3% en tiros de campo, 33,3% desde el perímetro). Tan solo Caleb Martin con 17 tantos y Jared McCain desde el banquillo con 23 estuvieron a la altura de George, que protagonizó de inicio un bonito duelo anotador con Karl-Anthony Towns: 11 para el estadounidense y 10 para el dominicano. Los Knicks ganaban 25-27 después de los primeros 12 minutos y a esas alturas ya se podía intuir que no iba a ser el regreso soñado de Embiid. Towns, ejerciendo de pívot, hacía lo que quería con él, que sólo estuvo 5 minutos en pista en el primer cuarto (26 en total). La imagen de la estrella de los Sixers estuvo muy alejada de su mejor versión, dando la impresión de estar fuera de forma, lento, desconectado, con el punto de mira desviado... Muy pobre para lo que su equipo demanda actualmente.

Acabó con 13 tantos, 3 rebotes y 5 asistencias, pero no metió su primera canasta en juego hasta el tercer cuarto y acabó con un 2/11 en tiros y un 1/5 en triples (y, eso sí, un 8/8 en tiros libres). Parece que le va a costar un tiempo entrar en ritmo de juego y, aunque queda muchísima temporada y las victorias acabaran cayendo por su propio peso en la saca de los Sixers, conviene no despistarse si no quieren hacer los deberes a última hora.

Los Knicks, que eliminaron a los Sixers en primera ronda de playoffs el año pasado a base de mover mucho y bien el balón y superarles en el rebote, esta vez usaron otras armas aparte de esas. Un juego coral de cara al aro contrario, en el que seis jugadores acabaron por encima de los dobles dígitos, que se transformó en 31 asistencias en 44 lanzamientos. Primero fue Towns, pero después se fueron sumando otros de forma sucesiva, como Josh Hart (14 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias), Miles McBride desde el banquillo con 15 tantos y Jalen Brunson, que no está teniendo un inicio de temporada brillante y que en el partido también empezó flojo, pero acabó con 18 puntos y 5 asistencias. Aunque quizá el hombre más importante en el momento más importante del partido fue OG Anunoby. El alero se mostró durante todo el duelo con una energía superior a sus rivales y tuvo su momento cumbre al inicio del último cuarto, cuando los Knicks iban a romper el partido definitivamente.

Los 12 últimos minutos se abrieron con todo en el aire pero con un parcial de 2-13 para los visitantes que estos Sixers de capa caída fueron incapaces de remontar. Y ahí, tres mates de Anunoby, buscando específicamente los agujeros que creaba Embiid con su lentitud de movimientos, fueron como puñales para el equipo dirigido por Nick Nurse. Anunoby acabó como máximo anotador con 24 tantos y los Knicks estrenan su casillero en la NBA Cup.

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