Los Warriors se hunden

Esto no es lo que era. Parece que es la frase más acertada para hablar de los Warriors, muy lejos de la dinastía que fueron, algo que no está lejos por tiempo pero sí por sensaciones. El físico se ha mermado, los triples no entran como antaño, la circulación de balón se ha visto comprometida y la defensa ha decaído. Parecen (de hecho, lo son) un equipo de veteranos venidos a menos que se encargan de reivindicar su legado más con palabras que con hechos y que viven del pasado, por muy cercano que esté. Algo que, por cierto, tampoco tiene por que ser malo; al fin y al cabo, son la última gran dinastía de la historia de la NBA. La de los cuatro anillos, las seis Finales, las 73 victorias, los récords imposibles y los premios individuales y colectivos que les han establecido como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Para muchos, quizá el mejor.

Eso ha quedado atrás. Los Warriors no pudieron ante los Kings (124-123) en un partido que dominaron la mayor parte del tiempo y en el que mandaban por 5 puntos a un minuto del final. De’Aaron Fox anotó entonces un tiro libre en dos intentos, y Malik Monk fue el héroe. Primero con un triple y luego con una suspensión imposible delante de Andrew Wiggins, un jugador que en los últimos días ha recibido críticas por su tono físico. Sin tiempos muertos en la chistera, Stephen Curry intentó un triple para llevarse el partido, pero el balón, ese que tantas veces ha entrado para los de La Bahía, no encontró la red. Los Warriors cayeron, se quedaron fuera de los cuartos de final del In-Season Tournament y cedieron su lugar a los Kings, que jugarán como locales ante los Pelicans.

Los Warriors, que llegaron a ganar de 24 puntos (72-48, una diferencia que les daba el pase y la ventaja de campo en la Copa) a un minuto del final de la primera mitad, fueron incapaces de sostener su ventaja. Recibieron 40 tantos en el tercer periodo y sólo anotaron 19 en el último. Stephen Curry se fue a 29 puntos y Klay Thomson a 20 (con 11 rebotes), pero entre ambos se combinaron para un 7 de 22 en triples. Andrew Wiggins se fue a 29 y fue introducido en el último cuarto por Moses Moody, algo que finalmente no salió bien a pesar de la producción ofensiva del primero. Draymond Green se quedó en 8 tantos y poco más. Mientras que Chris Paul jugó menos de 5 minutos. Algo desolador si tenemos en cuenta que venía para apuntalar a un equipo con muchos años, pero también mucho talento.

Por parte de los Kings, Domantas Sabonis no tuvo su mejor actuación (9+8+10), aunque Fox se fue a 29 tantos, mientras que Kevin Huertes hizo 21, los mismos que un Monk que al final fue el que inclinó la balanza para un Mike Brown que tiene muy claro lo que quiere de él. Los de California, que se exhibieron ante su siempre atronador público, se aprovecharon perfectamente de las 18 pérdidas de su rival, un lastre demasiado grande. Y demostraron que el In-Season Tournament sí importa. Lucharon por la victoria hasta el final en la última jornada, ante su última oportunidad. Por lo que accederán a los cuartos de final y se colocan a un partido de estar en Las Vegas. Donde no estarán los Warriors, esa dinastía venida a menos que trata de sobrevivir en un mundo que ya no les pertenece. Otra vez: esto no es lo que era.

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