Los Sixers ganan el partido del morbo

En febrero de 2022 Ben Simmons abandonaba Filadelfia con destino a Brooklyn, en el traspaso en el que James Harden hizo el camino contrario. Simmons, número 1 del draft en 2016, fue durante algún tiempo la gran esperanza de los Sixers junto a Joel Embiid. El paso definitivo para demostrar que El Proceso, esa forma de tanking profesional adoptada con júbilo por aquellos lares, había servido para algo. En Phila por fin tenían su pareja de estrellas y podían volver a buscar un anillo que se resiste desde la década de los 80. Pero el sueño no duró mucho, entre eliminaciones tempranas en playoffs y tiros y más tiros fallados de Simmons, hasta el punto de que jugador y afición, jugador y franquicia, jugador y compañeros, desconfiaron tanto uno de los otros y los otros del uno que no hubo vuelta atrás. El sueño ahora era una pesadilla y había que despertarse.

El despertador sonó en febrero de 2022 y desde entonces, primero porque Simmons estuvo el resto de la temporada pasado sin jugar y después porque Embiid se perdió el primer duelo de este curso, los antiguos compañeros no se habían vuelto a ver en una pista de baloncesto. Así que el partido de hoy era más que esperado. Y no porque se fuesen a dar un abrazo fraternal precisamente. Según ha empezado el partido Simmons se ha dedicado a defender al camerunés y Embiid, que habitualmente le gusta probar tiros de frente a la canasta desde medias distancias, se fue directo al contacto ante su ahora rival, cargando con sus 127 kilos una y otra vez en zonas más cercanas al aro. Quedaba claro, por si había alguna duda, que la amistad que les pudo unir ha desaparecido hace tiempo.

El partido luego fue por otros derroteros, pero el intercambio de contactos y también de palabras, que las hubo, entre los dos, se trasladó al resto de jugadores y el partido acabó con seis técnicas en total. Como dato puramente deportivo sobre el duelo Embiid-Simmons, en ese primer cuarto en el que no dudaron en buscarse el pívot fue defendido en 6 de los 11 tiros que hizo, cinco de ellos por su ex. Embiid hizo 0/5. Pero decíamos que el partido acabó yendo por otro camino. Y es que el camerunés, que acabó con 26 puntos, estuvo por debajo de lo habitual en su producción ofensiva. En 2023 era el máximo anotador con una media de 35,1 puntos. Y es que no solo tenía a un gran defensor como Simmons delante, también a Nick Claxton, quien se ha descubierto como la mejor noticia de las a priori inesperadas noticias en los Nets. El pívot es una bestia atrás y el cuarto jugador de la liga que deja a sus rivales en un peor porcentaje en tiros de campo (40,9%). El quinto, Kevin Durant (42,5%), se quedó otra vez sin jugar. Van siete partidos seguidos y lo Nets tienen un récord de 2-5.

Por supuesto volvieron a echarle de menos en un final en el que James Harden se hizo con el partido metiendo dos triples y una bandeja en los últimos cuatro minutos, después de que los Nets consiguieran remontar un marcador bastante desfavorable con un parcial 18-4 guiado por sus dos máximos anotadores, Seth Curry (32 puntos, mejor marca con los Nets) y Kyrie Irving (30). Había tablas, 120-120, pero iba a empezar el show de Harden. Antes, en el tercer cuarto, fue Simmons el que mantuvo a su equipo con vida con 10 de sus 12 tantos. Enfrente, el que ahora es el niño de los ojos de la afición local, Tyrese Maxey, acabó como máximo anotador de los Sixers con 27 puntos en 30 minutos saliendo desde el banquillo. Ese retoque en la rotación (Maxey era titularísimo al principio de la temporada) ha sido una de las claves del despertar de Philadelphia, que lleva seis victorias consecutivas, ocho de la diez últimas.

Lo curioso es que los Nets perdieron a pesar de anotar el 64,5% de sus tiros. Es el tercer mejor porcentaje de un equipo que acaba perdiendo en toda la historia. La clave, entre otras, fueron los tiros libres. Los Sixers tiraron 36 y metieron 35, con Embiid en un 13/13. Si este equipo mete los tiros libres (siempre lanza muchos) tiene gran parte del camino hecho. Si además juega bien, cosa que lleva haciendo un tiempo, se convierte en el candidato real que pocos pensaban que era. Ahora mismo solo sus odiados Celtics, tres victorias por encima, les separan del liderato del Este. ¿Será 2023 el año de los Sixers?