Los Rockets abusan de los problemas recurrentes de los Lakers

Los Lakers empiezan a verse en un problema. Entre protestas a la Liga, que casi hacen más mal que bien y sólo desvían el foco de lo que ocurre en la pista, otra derrota de los de Ham. La quinta de cinco posibles jugando fuera del Crypto Arena de Los Ángeles, las mismas que suman este curso de manera global. El comienzo de temporada es igual de errático que en la temporada anterior, en la que agradablemente las cosas se recondujeron hasta el punto de llegar a pelear el título hasta las finales de conferencia, y tropezar dos veces con la misma piedra -pese a ser condición del hombre- conlleva riesgo.

El conjunto de L.A. salió del Toyota Center, lugar en el que se enfrentó a los Rockets, con una nueva caída en su historial. Y por bastante, llegando a pedir árnica en los últimos minutos. La situación en la que se encuentran ahora mismo es así de cruda. Los texanos saldaron este compromiso con un 128-94 (+34) a su favor.

Los Lakers recuperaron a Rui Hachimura para este duelo, pero no así a Anthony Davis. El pívot se había hecho daño en el partido anterior, en Miami, y aseguró que estaría listo para el miércoles, tornándose esto en ilusión y no realidad al no verle sobre la cancha de Houston. Y sin una de las dos superestrellas este equipo tiene las de perder, por muy sobrehumano que sea LeBron James a su edad. El de Akron no llegó a exprimirse esta vez, quedándose por debajo de la media hora de juego efectivo, porque no valía la pena. La derrota duele más al ser ante un equipo -sin aspiraciones el año pasado- que está en crecimiento.

Para los de Houston sólo una mala racha en los tiros de uno les privó del 50-40-90, lo que se supone que son los porcentajes de acierto en lanzamientos que ponen en lo alto a un jugador o equipo. En los de dos metieron 37 de 60. En los de tres fueron 14 de 33.

Los Rockets habían empezado perdiendo tres partidos seguidos y ya llevan cuatro en verde para compensar. El hombre-anuncio Jalen Green, al que su entrenador Udoka motivó diciéndole que Reaves le había quitado el puesto en el pasado Mundial, fue el más entonado, aunque fueron varios, del combinado local. En sólo tres cuartos logró sus 28 puntos con cuatro únicos fallos en tiros (11/15). El turco Sengun (19) fue su mejor aliado en la pintura. Por parte contraria los más destacados fueron Hachimura (24), Russell (22) y LeBron (18), aunque la incidencia de éstos sirvió para mucho menos. La contienda se resolvió tan rápido y sin que los visitantes enseñaran una mínima capacidad de reacción que el último cuarto casi entero fue de los llamados minutos de la basura, con los menos habituales de ambas plantillas.

Durante una de las primeras jugadas del encuentro Sengun pareció torcerse el tobillo en defensa y en la transición Brooks metió un triple que puso el 11-2 en el marcador; para los que crean mucho en la suerte, ahí va una medida.

La ausencia de Davis dejó un hueco en la defensa difícil de llenar. El mencionado pívot que dio el salto a la liga americana desde el Besiktas fue uno de los que se forró. La rotación de los Lakers fue más amplia y vieron pista Christie o Castleton, chicos de la parte final de la plantilla, y en el caso del segundo fue muy evidente que no está para competir a este nivel.

En el caso de Green vemos ya un patrón que puede beneficiarle: quitarse de encima la necesidad de dirigir al equipo, sólo finalizar lo que le proponen. La pareja que forma ahora con VanVleet, fichaje de campanillas del pasado verano, va a ayudar a Jalen a, como hizo en este partido, sentirse más anotador. Los primeros resultados ya empiezan a verse claros.

James siempre da la medida de lo que necesitan los Lakers, y más con la ultradependencia que sufren con él. Se fue cuando el electrónico marcaba 90-64 aún a tres minutos para acabar el tercer cuarto y ya no volvió.