Los Pelicans sobreviven a sus penas

Nada como una lesión torticera, de las que son puñales que se clavan hasta el fondo, para ejercer el efecto contrario en los que la sufren y revertir el espíritu para hacerte más fuerte. No es exclusivo de los Pelicans en este play-in, pero su caso quizá es el más extremo. Con una plantilla que da para lo que da, estar a un pelo de ganar a los Lakers y que el pase de ronda se fuera al traste en la enésima lesión de Zion Williamson, y cuando éste firmaba su mejor partido como profesional, poco hacía presagiar que aguantarían semejante revés.

Los Pelicans demuestran así que tienen arrestos y que los llevarán a la siguiente ronda, en la que se medirán a los primeros del Oeste: Oklahoma City Thunder. Los de Luisiana son los que se quedan con el octavo puesto del rompedor Oeste.

El alma mostrada en el enfrentamiento contra LeBron y sus compadres el pasado martes volvió a aparecer. Y sin la calidad de Zion, sin 40 puntos que sí aportó el día anterior, lo cual hacía la cuesta más empinada. Williamson seguirá de baja durante la serie con los Thunder; la inercia debe continuar. Ingram, castigado por Green en la última cita, fue el mejor de los locales con 24 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Reivindicando en estéreo.

Los Kings ofrecieron una imagen pobre ante un rival con menos fondo de armario y en clara desventaja tanto emocional y física. Decepcionante actuación para uno de los equipos que se había mantenido estable durante este año en el Oeste.

Para los Pels esto es un chute de energía más que necesaria al ir a enfrentarse con los Thunder, el que mejor ha estado en una conferencia que no te deja coger aire. Actuación altamente meritoria la de esta segunda pata del play-in tras lo que pasó en la primera. Moviendo bien el balón y acabando más cerca que lejos del aro, un juego que vale más cuando tienen a Zion pero que les resultó también este viernes. Sólo encestaron siete triples. Estrategia descuidada en el lado contrario, Sacramento, para frenar a la bendita locura de enfrente.

En el segundo cuarto estuvo la primera ruptura. Cuando parecía que los Pelicans pasaba una minicrisis, parcial que te trajo: 13-2. Nance, al que Green tiene muy bien considerado y que sin Zion se convierte en relevo fundamental en la pintura, lo hizo posible. Sacramento echó de menos, no ante los Warriors pero sí hoy, la facilidad para resolver jugadas que da Malik Monk, al que tratarán de renovar en verano para mantener el bloque. A los Kings se les volvió a ir la creatividad en el último periodo y ahí sí que el parón fue mortífero: 10-0. Cuatro minutos interminables sin anotar de los californianos elevaron la diferencia en el marcador a veinte. Redondos. Suficientes. Porque en el tramo de cierre los visitantes, liderados por los numerazos de Domantas Sabonis (23+14+7+3), rebajaron esa separación de manera escasa. Ahí expiró todo.

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