Los Lakers se levantan a lo grande

Los Angeles Lakers necesitaban un electroshock para llegar a la jornada navideña con algo de garantías para enfrentarse a los Boston Celtics. Parece que Darvin Ham se dio cuenta después de cuatro derrotas consecutivas y una imagen muy pobre que había hecho olvidar por completo al equipo sólido que ganaba hace menos de un mes el In Season Tournament. El técnico decidió cambiar en una de las canchas más complicadas de la Liga, el Paycom Center de Oklahoma, sentando a D’Angelo Russell y dando entrada en el quinteto titular a Jared Vandervilt. Un movimiento que hizo al equipo extremadamente alto de salida y que le funcionó (120-129).

Con Vandervilt en pista, además de LeBron James, Taurance Prince, Cam Reddish y Anthony Davis, el equipo angelino ganaba en centímetros y en peso defensivo, pero a priori perdía potencial ofensivo y amenaza exterior. Sin embargo, la apuesta no le pudo salir mejor y los Lakers llegaron a tener una ventaja de 26 puntos en el tercer cuarto. Un auténtico repaso en casa de uno de los mejores equipos del Oeste. Hasta ese momento los Thunder estuvieron desaparecidos y, cuando por fin aparecieron (llegaron a ponerse a 8 mediado el último cuarto) dio un golpe en la mesa LeBron. El Rey fue más rey que nunca este curso llegando por primera vez a los 40 puntos, además de coger 7 rebotes y dar 7 asistencias. Cuando los Thunder se colocaron a 8 y amenazaban de verdad, James cortó de raíz la remontada con 11 tantos en 4 minutos y medio.

La supuesta falta de recursos ofensivos con el cambio en el quinteto no fue tal. Anthony Davis también rondó el triple-doble (26+11+7) y Russell funcionó saliendo desde el banquillo con 15 puntos. También fueron fundamentales como suplentes Rui Hachimura (21 y 6 rebotes) y Austin Reaves (11 y 9 asistencias). Los Thunder lo intentaron hasta el final, nadie les puede reprochar lo contrario, pero finalmente no pudieron dar continuidad a una racha de tres triunfos seguidos. Shai Gilgeous-Alexander (34 puntos y 7 pases de canasta), Jalen Williams (28 y 6 rechaces) y Chet Holmgrem (19+10) fueron los más destacados en un equipo al que penalizó totalmente su mal día en el triple (13/41, 31,7% de acierto). Unos números horribles y aún peores si los comparamos con el fantástico 50% (16/32) de los Lakers. También repartieron 37 asistencias y sólo cometieron 9 pérdidas. Un día brillante al que sin duda intentarán dar continuidad mañana, con todas las miradas puestas en ellos, en el clásico de los clásicos de la NBA: el Lakers-Celtics.

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