Los Lakers, esta vez sí, ganan a los Rockets para mirar hacia arriba

Los Lakers han cambiado de objetivo en cuestión de días. Lo permite un Oeste empeñado en rebozarse en el barro, sin el lustre de otros años, en donde la lucha por las posiciones de poder se basa en aprovechar la multitud de oportunidades que dan los rivales. Todos fallan, sólo hay que intentar ser el que menos lo hace. Suena fácil. Así le está yendo a los angelinos desde hace una semana. Han mutado no sólo sobre la cancha sino sobre el papel. De ojear un precipicio a levantar la mirada.

El triunfo en el Toyota Center sólo es uno de los pasos que se han dado para que los playoffs, el entrar de manera directa en ellos, sean una opción plausible para L.A. Un 109-134 en el que Anthony Davis fue otra vez el mejor: 40 puntos con 15/20 en tiros de campo. El representante español en este encuentro, Usman Garuba, sólo disputó tres minutos y no anotó.

Los Rockets habían fastidiado a los californianos hace dos semanas y media, cuando ya estaban desahuciados. Este triunfo supone una mínima revancha de aquello. Pero los Lakers no se pierden en batallas insulsas después de su cambio de marcha. Lo que ahora les queda es el escenario grande del festival, al que están habituados por longevidad pero del que podían quedar desplazados por grupos más jóvenes. Están séptimos, a sólo una victoria de Clippers y Warriors, y van a tumba abierta.

Hubo control por parte de los de Ham. Davis impulsó a su equipo en la primera mitad, con un rompedor cuarto inicial que acabó 21-35, anotando 27 tantos de los 40 con los que completaría la noche. Rui Hachimura ayudó desde el banquillo con un gran 10/14 para 20 puntos. LeBron James firmó su 107º triple-doble, empatando con Jason Kidd en la cuarta posición global, al acumular 18+11+10. Los Lakers se dejaron ir un poco después de haber ganado una ventaja considerable y, tras el descanso, cayeron, se quedaron con sólo seis tantos de superioridad, pero recuperaron el ritmo con LeBron crecido y un 7-20 de parcial para acomodarse de nuevo y cerrar sin problema este choque. La mala noticia para ellos fue que el cuerpo técnico retiró del campo a D’Angelo Russell por precaución tras sentir dolor en el pie izquierdo. Pero ese 40-38 en la Conferencia Oeste de la NBA luce muy bonito en un casillero pintado de púrpura y oro al que le han pasado un paño (llevan seis triunfos de siete posibles) y ahora es agradable a la vista.