Los Kings logran lo imposible

Cada vez es más difícil pensar en los Sacramento Kings como un invitado a la fiesta de estos playoffs. El equipo californiano ha sido seguramente el mejor del Oeste durante más tiempo esta temporada, el que mejor ha llevado a cabo la idea que tenía al principio de la temporada, el que mejor ha aprovechado los recursos que tenía. Todas esas cosas en un año más flojo de lo normal le ha servido para ser tercero de su conferencia. Pero lejos de infravalorarle por ello, quizá por eso mismo, porque los rivales más importantes a los que iba a tener que enfrentarse en las eliminatorias no han estado a la altura, estos Kings sean un equipo a tener mucho más en cuenta de lo que muchos pensaban. Si mantienen esa regularidad, esa confianza y esa alegría, mientras el resto siguen sin despertar, por qué no podría ser su año.

De momento lo estamos viendo en esta primera ronda contra los Warriors, a los que ya ganan 2-0. Los campeones han hecho una temporada con más sombras que luces, con el cuarto peor récord fuera de casa de toda la Liga. Pero son los campeones. Y no unos cualquiera, sino la dinastía de los Warriors. Y esas palabras pesan mucho, también a la hora de hacer pronósticos. “Cuando lleguen los playoffs aparecerán”, pensábamos. Pues de momento nada de nada. Siguen defendiendo mal en los finales igualados, siguen perdiendo el mismo número insultante de balones (20 hoy) y siguen cayendo fuera de casa. De momento, dos partidos en Sacramento y dos derrotas. Lo nunca visto en los Warriors, ponerse 2-0 abajo con Stephen Curry en el equipo. Eran 27 eliminatoria seguidas sin tener ese resultado adverso en su contra, la mayor racha de la historia de los playoffs.

Las pérdidas, la principio, fueron cosa de dos. Entre ambos contendientes extraviaron 18 balones en el primer cuarto, algo que no ocurría en un partido de eliminatorias desde 2002. Después de los nervios iniciales y de que los Kings fallasen los primeros 11 triples que intentaron (acabaron el primer cuarto con 17 puntos), se desató la marabunta ofensiva local. La del equipo más anotador de la Liga. 41 tantos en el segundo cuarto y los Warriors dando gracias por irse al descanso sólo 6 abajo. En el tercer cuarto hubo conato de escapada por parte de los Kings, que llegaron a tener una ventaja de 14 tantos, pero la cosa se iba a decidir en los últimos 12 minutos.

En el último parcial la cosa se fue calentando hasta que sucedió una jugada clave a 7 minutos del final. En la lucha por un rebote Domantas Sabonis caía al suelo. Mientras estaba tumbado en la pista agarró el tobillo de Draymond Green entre sus brazos. El jugador de los Warriors, al intentar soltarse, pisó el pecho del lituano. La intencionalidad, la fuerza con la que la hizo... Quién tenía que valorar esas cosas, que eran los árbitros, sí que vieron intención de hacer daño, porque expulsaron a Green. Esa jugada encendió, más si cabe, al público. Pero ese ambiente de locura no se llevó por delante la concentración de unos Kings que siguieron haciendo su juego, con ánimo para lograr pequeñas ventajas y con calma para aguantar las reacciones del rival. Así hasta que De’Aaron Fox, uno de los jugadores de la temporada y también de lo poco que llevamos de playoffs, metió un triple frontal que ponía a los suyos 107-101 a 2:17 del final. Desde ese momento, y aunque los Warriors siguieron intentándolo, el partido no se alejó del control de los Kings. Otro triple, esta vez esquinado de Davion Mitchell, puso un 112-103 a 1:18 que ya fue definitivo. Enfrente sólo Klay Thompson respondió con dos aciertos desde el perímetro en los momentos en los que se jugaba todo. Fallaron Andrew Wiggins, que fue titular por primera vez desde hace meses, y Stephen Curry, máximo anotador del encuentro (28) pero negado desde la larga distancia (3/13).

La madrugada del jueves al viernes la serie tomará tierra en el Chase Center de San Francisco. Allí, con la imperiosa necesidad de igualar la eliminatoria, veremos hasta que punto el equipo que ha dominado como ningún otro la última década de la NBA esta o no cerca de final.