Los Celtics se permiten un gran desliz

Los Celtics están tan cómodos en la parte alta de la clasificación de la Liga que empiezan a ver esa lista como algo accesorio. Estarán luchando por el título a partir de abril en las eliminatorias y la fase regular para ellos está casi en el pasado. Por ello se pueden dar situaciones como la ofrecida en Atlanta este lunes.

En su paso por el State Farm Arena los verdes tuvieron hasta 30 de ventaja y desperdiciaron semejante regalo para acabar perdiendo el partido por 120-118 en un final ajustado. Todos les va de fábula, y unas horas antes se había incluso premiado a Derrick White como jugador de la semana anterior en la NBA siendo ése un reconocimiento que habla de lo versátil que es su plantilla, pero pueden tropezar.

Los Hawks no eran el rival más complicado que se iban a encontrar en el Este, son décimos con un balance clasificatorio altamente mejorable para esa posición de corte, y aun así hicieron caer al líder. Que tiene once victorias de distancia con el segundo, Milwaukee Bucks, y tal circunstancia hace que se relaje.

Con su actuación aquí los Hawks, con bajas como las de Young o Bey, muestran un poder y un querer de cara al futuro inmediato. De’Andre Hunter (24) y Bogdan Bogdanovic (22) fueron los principales artífices de la remontada, que no se hubiera dado sin la aportación de Murray (19) o el checo Krejci (16). El máximo anotador del encuentro fue, sin embargo, un Jayson Tatum -37- que explicó tras el partido la simple razón por la que él cree que se les escapó el triunfo: “Hemos levantado el pie del acelerador en la segunda parte y han entrado en ritmo. Es algo difícil de digerir”.

Boston, como se ve en esa pequeña frase, tiene casta de campeón aunque no lo sea. Quieren ganar todo y demostrar quién está a cargo de la conferencia. No tiene influencia ni para ellos ni para los Hawks, que tienen margen con los Nets por abajo y con los Bulls por arriba. Es por el orgullo.

Los visitantes firmaron un primer cuarto redondo, 22-44, e incluso ampliaron la ventaja. Tras revolverse un poco los Hawks se llegó al +30 después de un triple de Al Horford. La tendencia en este baloncesto, sin embargo, te empuja a creer en que las remontadas son posibles aunque sean de esa magnitud. El equipo de Quin Snyder tuvo su primera clave antes del descanso, al que llegó cerrando con un 9-0 de parcial que seguramente les avivó un fuego interno para conjurarse en el vestuario. Y sí que podían. La tercera manga fue clave para reducir la desventaja: sólo necesitaron cuatro minutos para ponerse a tres. La parte más ardua estaba hecha, ahora había que rematar. Salvada una escapada más de Boston al final de ese tercer cuarto, el partido tuvo un cierre apretado: Bogdanovic puso por delante a los suyos con un triple en transición a falta de minuto y medio, Brown y Murray intercambiaron acciones individuales para subir la cuenta y Hunter, tras un rebote ofensivo de Capela, anotó un triple frontal que aseguró el triunfo cuando sólo quedaban ocho segundos.

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