La venganza de Embiid

Hay partidos que recuerdan a playoffs y este sería uno de ellos si no fuera porque los Sixers han caído ante los Celtics, su bestia negra, las cinco últimas veces que se han encontrado en la fase final. Para ver la última victoria del equipo de Philadelphia ante el eterno rival tenemos que irnos a 1982, cuando Julius Erving se multiplicó ante Larry Bird para imponer un 4-3 en una serie deliciosa, unos días antes de caer ante los Lakers en las Finales y un año antes de conquistar el anillo con Moses Malone y su fo, fo, fo como santo y seña. Desde entonces, todo derrotas: en 2002 (3-2 en primera ronda), 2012 (4-3 en semifinales), 2018 (4-1, también en semifinales), 2020 (4-0 en primera ronda) y 2023 (la más dolorosa, 4-3 en semifinales). Las tres últimas han sido con Joel Embiid en activo, un pívot con una dinámica siempre al alza, pero que se estrella en playoffs y que, en ocho temporadas, no ha podido pisar unas finales de Conferencia, algo que los Sixers no consiguen desde 2001, con Allen Iverson de líder.

Es extraño que los números de Embiid contrasten tanto con los de Jason Tatum, su rival en los Celtics y la cara de la franquicia verde. La estrella ha llegado a dicha ronda en cuatro ocasiones, más de la mitad de su carrera, y en una de ellas se colaron en las Finales, esas que encumbraron, en 2022, la dinastía de los Warriors. Las dos caras de una moneda, compañeros generacionales que no han ganado anillo, pero con uno permanentemente más cerca que el otro. Rivales por los premios individuales, pero con unas ganas de triunfar en lo colectivo enormes. Y con un Embiid que busca al mismo tiempo la reivindicación y la redención, esa que te da un título siempre esquivo, al que ni siquiera se ha acercado. Pero también el ser competitivo en playoffs, donde siempre ha fallado al final, cuando los focos se repiten más que nunca y tu equipo más lo necesita.

Por eso, y por muchas más cosas (una rivalidad que dura décadas), el partido del Wells Fargo Center era tan importante. Por eso y porque ambos equipos llegaban con un récord idéntico (5-1), habían sido los mejores en este inicio de regular season junto a Nuggets y Mavericks y los que más dominio habían mostrado. Es más, los Sixers sólo cayeron en el duelo inaugural ante los Bucks, una franquicia que ahora parece deportivamente estar a años luz de sus rivales, líderes de la Conferencia Este tras una victoria más que merecida (106-103). El encuentro tuvo de todo, pero sobre todo una gran imagen de unos Sixers que por fin se gustan. Quizá, sólo quizá, Embiid no necesitaba a Ben Simmons ni a James Harden. Y siendo el líder en ambos lados de la pista y estando bien rodeado podía bastar.

Eso parece por el momento, ya que nadie en Philadelphia parece echar de menos a La Barba. Embiid el que menos: se fue a 27 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias y 4 tapones, haciendo olvidar sus 6 pérdidas. Estuvo acompañado del que ha pasado a ser su lugarteniente, un Tyrese Maxey que se fue a 25 tantos en 27 tiros, pero consiguió 9 rebotes y 5 asistencias. Además, Tobias Harris logró 17, con 9 rebotes, y Kelly Oubre 14. Y secaron a los Celtics, cimentando su victoria en la defensa: 16 tantos (llegaba con 30,5 de promedio) y 15 rechaces de Jayson Tatum, apenas 11 de un gris Jaylen Brown, 12 del siempre correcto Jrue Holiday, 19 de Derrick White y 13 de Sam Hauser. Demasiado poco para el poderío de los Sixers, que lograron su primera ventaja importante con un gran parcial en el segundo cuarto (39-27) y aceleraron al final del tercero, cuando pasaron de un 69-68 a un 81-71.

El mejor de los Celtics fue Kriztaps Porzingis, que finalizó con 29 tantos. Eso sí, falló el triple que hubiera forzado la prórroga tras una buena defensa de sus rivales, que afrontaron los miedos del pasado y vieron de cerca el tiempo extra cuando tenían el encuentro ganado: del 104-90 al 103-106 final, un parcial de 2-13 que supo resolver Embiid con un tiro a la media vuelta en una jugada bien planeada por un Nick Nurse que está dando en el clavo, y luego con el posterior error de Porzingis, que tuvo su opción tras un buen tapón de Jaylen Brown. La suerte esta vez no estuvo de parte de los Celtics, que cayeron presa de una afición que ha pitado al equipo en los últimos años, pero se ha volcado esta noche. Una con aroma a playoffs, pero a unos distintos. Unos en los que los Sixers pueden dejar de perder. Y sí, quedan muchos meses para eso y puede pasar de todo. Pero este equipo tiene una pinta estupenda: eso es innegable.

Resto de resultados de la jornada:

Rockets 128 - 94 Lakers

Nuggets 108 - 105 Warriors

Knicks 126 - 105 Spurs

Pacers 134 - 118 Jazz

Hornets 116 - 132 Wizards

Bulls 115 - 116 Suns

Grizzlies 102 - 108 Heat

Bucks 120 - 118 Pistons

Timberwolves 122 - 101 Pelicans

Thunder 128 - 120 Cavaliers

Kings 121 - 118 Blazers

Nets 100 - 93 Clippers

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