Jokic hunde a los Warriors

La lucha contra las dificultades y el talento definen perfectamente a Denver Nuggets y Golden State Warriors. Son dos de los equipos que han pescado un anillo siempre merecido en esta vorágine en la que se encuentra la NBA ahora, con siete campeones distintos en los últimos siete años, recogiendo precisamente las migajas de lo que fue en su momento la última gran dinastía de la mejor liga del mundo, precisamente la de San Francisco. Tras ello, los Warriors ganaron en 2022 y los Nuggets en 2023. Y tras los anillos, otra similitud: ninguno ha vuelto a levantar cabeza ni a acercarse al título, lo que parece un denominador común cuando hablamos de los últimos conquistadores del título. Una maldición que no parece que vaya a afectar a unos Thunder que no paran de volar.

El Ball Arena y la gran altitud de la Mile High de Colorado serían los testigos de un titánico duelo lleno de calidad y de nombres históricos, con dos que emergen sobre todos los demás: Nikola Jokic y Stephen Curry. El serbio, el mejor jugador del mundo si tenemos en cuenta el último lustro, arrastra un equipo que en nada se parece al del anillo y cada vez tiene que jugar más minutos y asumir más responsabilidades mientras va cumpliendo años (va camino de los 31). El segundo, que arrastra 37 primaveras, sigue siendo el líder de una entidad que en nada se parece a la que ganó cuatro anillos, seis Finales e infinidad de récords, aunque sigue intentando un nuevo título para cerrar una de las historias más grandes jamás contadas. Pero su veteranía obliga a descansos medidos y no saltó a pista en un partido que los Warriors parecían entregar de inicio.

Y así fue: no hubo ni lucha ni resistencia (129-104), el primer cuarto ya demostró que los visitantes no estaban para grandes trotes (32-21) y, de hecho, perdieron todos y cada uno de los periodos siguientes. Los Nuggets, en el calor de su público, llegaron a ir 28 arriba y ganaron de 25, anotaron 15 puntos en transición y provocaron 12 pérdidas en sus rivales. Además, superaron el 56% en tiros de campo y rozaron el 50% en triples, repartieron 34 asistencias por 8 pérdidas, y tuvieron hasta seis jugadores por encima de la decena de puntos, con un juego colaborativo incuestionablemente bueno que dejó tiritando a un rival que no se presentó para una batalla que no existió y que además de Curry, contó con las bajas de Jackson Rowe, Alex Toohey, Al Horford, y De’Anthony Melton. Los Warriors de Steve Kerr son así y no les importa dejarse partidos. Y eso fue lo que pasó.

Nikola Jokic, con 26 puntos (12 de 15 en tiros de campo), 9 rebotes y 9 asistencias, lideró a su equipo a una victoria plácida y sigue demostrando que produce estadística casi sin esfuerzo. Los locales tuvieron hasta seis jugadores por encima de la decena de puntos, con mención especial para un Jamal Murray que se fue a 23 (8 de 12, con 5 de 7 en triples) y 8 pases a canasta, yendo así de la mano del serbio en ese dúo dinámico que ya forman desde hace tiempo, por mucho que la diferencia de nivel sea evidente. En los Warriors, Draymond Green se fue a 17 tantos, con 6 rechaces y 4 asistencias, liderando así a su equipo en ausencia de Curry e intentando dar la cara por los suyos, disimulando el desastre. Un partido plácido para unos y sin ton ni son para otros. Al fin y al cabo, son 82 partidos de una regular season que se hace larga. Y hay muchos así.

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