NBA | PLAYOFFS 2024 | NUGGETS-TIMBERWOLVES (0-2)
Jaque al rey en Denver
Los Nuggets, contra las cuerdas; Arrasados por unos Wolves sin Gobert, salen de su pista con un brutal 0-2 en contra en plena crisis de identidad.
De pronto, la revolución. Minnesota Timberwolves llevaba veinte años sin jugar una semifinal del Oeste. Y este año, después de llegar a trompicones a playoffs el pasado, parecía uno de esos de make or break: salto adelante o salto al vacío. El megatraspaso por Rudy Gobert, pendiente de ser declarado una de las peores operaciones de la historia de la NBA. Karl-Anthony Towns, a un paso de salir al mercado con el sambenito de ser más estrellita que estrella. Anthony Edwards demasiado joven y Mike Conley demasiado viejo. Esta podría haber sido, por mucho que ahora cueste creerlo, una de esas temporadas que destruyen proyectos que no llegan a nacer del todo. Y vaya si cuesta porque ahora, a 7 de mayo, los Wolves son la gran noticia de la NBA, la némesis de un campeón contra las cuerdas: 80-106 y 0-2 camino de Mineápolis. Jaque al rey.
Si el primer partido fue una batalla tremenda, una demostración de que los Wolves (aunque hace unos meses muy pocos lo habríamos creído) son tan aspirantes al título como cualquiera, el segundo fue una exhibición, una paliza, una demolición que puede ser, según cómo avancen las cosas en las próximas semanas, recordada como un aldabonazo histórico. Un ya estoy aquí, la presentación en sociedad en formato trueno de un equipo que ahora mismo exuda poder, tremendo. Y que jugó sin Rudy Gobert, el ancla del que parte una de las mejores defensas de la historia moderna de la NBA. El francés dejó Denver, con la (lógica) bendición de su equipo para asistir al parto de su hijo. A mediodía, hizo el intento de coger un vuelo y llegar al partido, pero el viento en Denver (más de 1.100 vuelos cancelados ayer en el Aeropuerto Internacional) echó un cable a unos Nuggets por primera vez necesitados, con la mosca detrás de la oreja después de ese patinazo del sábado que solo fue, en realidad, un aperitivo. La antesala de un desastre mucho más profundo.
Pero nada: ni el viento, ni la altitud estrangulante de la Mile High, ni la necesidad del campeón, ni la jerarquía de un Nikola Jokic que mañana será nombrado (salvo sorpresa mayúscula) MVP por tercera vez. Nada de nada de nada. El Ball Arena escuchó cánticos de, “Let’s go Wolves”, “Wolves in four” y hasta de “MVP” para Anthony Edwards. Más allá de ese puñado de exultantes aficionados visitantes, el resto era un silencio de funeral.
El campeón pierde los nervios
Para los Nuggets, y por horrendo que sea el qué, un 0-2 camino del pabellón de un equipo que ahora mismo parece más joven, más rápido y desde luego más fuerte, lo peor fue seguramente el cómo. La descomposición, el naufragio. Un hundimiento absoluto, una pérdida de compostura que dejó en el vestuario la corona de campeón. El rey parece desnudo, apocado, desde luego muy nervioso. Enfangado en protestas a los árbitros e incapaz de igualar el nivel físico de los Wolves. Con Michael Malone desgañitándose en la cara de los colegiados y Jamal Murray, horriblemente frustrado y completamente desdibujado, haciéndoles el gesto del dinero con la mano y después, un momento espantoso, lanzando a la pista una bolsa de agua caliente con el partido en juego. Una acción que podría (debería) costarle algún partido de sanción. Veremos qué hace la NBA.
Los Nuggets vieron desde el principio que no bastaba con su anunciada necesidad, que los Wolves no iban a darse por enterados. Y parecían incapaces de procesar que, incluso sin Gobert, la tenaza de su rival iba a ser otra vez imposible de quebrar. La defensa de los Timberwolves volvió a ser una oda a la fuerza y la sincronización, un perfecto ejercicio de zapa contra el que los Nuggets volvieron a parecer diabólicamente frágiles, pequeños. Al descanso llevaban 35 puntos (35-61), en ritmo del peor partido en ataque desde que Nikola Jokic saltó de suplente a pívot titular. Que se dice pronto. En su casa y cuando más lo necesitaba, Denver Nuggets no encontró nada, ningún recurso. Jokic pareció lento, abatido, superado físicamente. Acabó con 16 en solo 13 tiros, 16 rebotes y 8 asistencias por 4 pérdidas. Murray, desquiciado por la defensa de Jaden McDaneils y Nickeil Alexander-Walker y lastrado por una lesión de gemelo que le ha quitado dos marchas a sus movimientos, perdió los papeles y el tino: 8 puntos, 3/18 en tiros, 2 asistencias por 4 pérdidas.
Entre Murray y Jokic solo 24 puntos, 8 canastas en juego, ni un triple, solo 10 asistencias por 8 pérdidas y un -32 combinado en pista. En un día en el que los Nuggets necesitaban ganar. Probablemente, no son los Jokic y Murray de 2023. Pero, sin duda, se han topado con el peor rival para darse cuenta, veremos si demasiado tarde. Solo se ha remontado un 0-2 cinco veces en toda la historia (41 casos: 36-5), dos desde 2005: los Celtics a los Bulls en 2017 y los Clippers a los Mavs de Luka Doncic en 2021. Es muy difícil, pero se puede. Y, desde luego, es lógico pensar (todavía) que si alguien puede, ese es el campeón. El problema es lo que hay enfrente: una pared de músculo a la que todo eso le da igual, a la que no le importan esas narrativas ni las cuentas de las demás. Que sale a la pista y gana: 6-0 en lo que va de playoffs, 4-0 a domicilio.
Los Wolves sacaron desde el principio a los Nuggets de cualquier cosa que se pareciera a su plan de partido. No dejan tirar a Michael Porter jr, tienen a Murray encerrado en un calabozo de brazos inacabables y a Jokic fuera de sitio cuando parecía un jugador vacunado contra la incomodidad. Siempre un segundo más tarde, obligado a pensar demasiado y expuesto permanentemente en defensa, el serbio apila un -28 y promedia más de cinco pérdidas después de estos dos catastróficos partidos. Y Murray está en un 37% en tiros totales y un 29% en triples en lo que va de playoffs. De ellos dos depende, a partir del viernes, la respuesta de un campeón contra las cuerdas, muy corto de rotación y cuya una resistencia, muy por detrás en la pelea física, fueron casi desde el salto inicial los tiros de Aaron Gordon. Exactamente lo que querían los Wolves.
El viernes, los Wolves jugarán para hacer historia en su casa. Con Gobert de vuelta y una inercia que ahora mismo los convierte en intocables. Un equipo supremo al que le va a tocar resistir, como mínimo, un último intento a la desesperada del campeón. Con el trabajo hecho en el primer partido y sin su pívot titular, los Wolves podrían haberse tomado este partido como una noche en la que no tocaba ganar, haber puesto ya todos los huevos en la cesta del tercero. Pero, todo lo contrario, eligieron dar el gran puñetazo en la mesa de una NBA que no terminar de creerse lo que ha pasado en 48 horas que han podido ser el inicio de un cambio de jerarquía en el Oeste. Un golpe de estado que parece una realidad inevitable... salvo que quede dentro de los Nuggets más de lo que pareció en este segundo partido.
Karl-Anthony Towns, en una madurez maravillosa, jugó muchos minutos de pívot y entendió que el partido necesitaba su anotación, sus tiros: 27 puntos (11 en el primer cuarto y 20 al descanso: más que Jokic, Murray y Porter juntos), 12 rebotes y otro fenomenal despliegue defensivo. Edwards anotó otros 27 con 7 asistencias y la sensación de que podría haber hecho más si su equipo (no fue el caso) lo hubiera necesitado. Conley y Kyle Anderson controlaron todas las pequeñas cosas y la defensa se hizo fuerte en torno a esa guardia pretoriana que forman McDaniels y dos suplentes de lujo, Alexander-Walker y Naz Reid, que apilaron 28 puntos, 11 rebotes y 7 tapones en un ejercicio de autoridad que ha cambiado el mapa de la temporada 2023-24 de la NBA.
El campeón viaja a Minnesota con el agua al cuello, con un pie en la tumba. Más que magullado, herido casi de muerte por el 0-2 y desenfocado por su feísima imagen del segundo partido. Le queda vida, desde luego. El problema es que estos Timberwolves no quieren saber nada de todo eso. Solo salen a la pista, defienden en formato jauría, atacan con una precisión y una paciencia que no se les adivinaba hace unos meses y ganan. Ganan, ganan y ganan. También en Denver, también sin Gobert y en un día que olía a revancha del rey pero acabó en revolución consumada. Jaque a Jokic y sus Nuggets.
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DeAndre Jordan
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Aaron Gordon
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33 | 20 | 4 | 3 | 1 | 2 | 1 | 1 | 0 | 1/2 | 5/9 | 3/5 | 0 | 2 | 0 | |
5
Kentavious Caldwell-Pope
|
27 | 4 | 3 | 2 | 1 | 0 | 1 | 1 | 0 | 0/0 | 2/4 | 0/2 | 0 | 4 | 0 | |
7
Reggie Jackson
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10 | 3 | 2 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0/0 | 0/3 | 1/3 | 0 | 1 | 0 | |
15
Nikola Jokic
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38 | 16 | 16 | 6 | 10 | 8 | 4 | 0 | 1 | 6/6 | 5/12 | 0/1 | 0 | 2 | 0 | |
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Jamal Murray
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35 | 8 | 13 | 2 | 11 | 2 | 4 | 2 | 1 | 2/2 | 3/14 | 0/4 | 0 | 3 | 0 | |
1
Michael Porter Jr.
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39 | 9 | 5 | 1 | 4 | 2 | 4 | 1 | 1 | 0/0 | 3/5 | 1/7 | 0 | 0 | 0 | |
22
Zeke Nnaji
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3 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1/2 | 0/1 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
0
Christian Braun
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10 | 2 | 2 | 1 | 1 | 0 | 0 | 1 | 1 | 0/0 | 1/2 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
8
Peyton Watson
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9 | 0 | 2 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0/2 | 0/1 | 0/1 | 0 | 0 | 0 | |
3
Julian Strawther
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3 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 2/2 | 0/0 | 0/1 | 0 | 0 | 0 | |
24
Jalen Pickett
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3 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 1/1 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
4
Hunter Tyson
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3 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/1 | 0 | 0 | 0 | |
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Mike Conley
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Kyle Anderson
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26 | 6 | 9 | 7 | 2 | 8 | 2 | 2 | 1 | 0/0 | 3/7 | 0/1 | 0 | 1 | 0 | |
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T.J. Warren
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0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
32
Karl-Anthony Towns
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35 | 27 | 12 | 2 | 10 | 1 | 2 | 1 | 2 | 4/4 | 7/10 | 3/5 | 0 | 4 | 0 | |
23
Monte Morris
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7 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0/0 | 1/1 | 0/3 | 0 | 1 | 0 | |
6
Jordan McLaughlin
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3 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/0 | 0 | 1 | 0 | |
9
Nickeil Alexander-Walker
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29 | 14 | 6 | 0 | 6 | 1 | 1 | 0 | 3 | 0/0 | 1/2 | 4/7 | 0 | 1 | 0 | |
11
Naz Reid
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29 | 14 | 5 | 1 | 4 | 0 | 2 | 1 | 4 | 0/0 | 1/6 | 4/8 | 0 | 1 | 0 | |
5
Anthony Edwards
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37 | 27 | 2 | 0 | 2 | 7 | 4 | 2 | 0 | 4/7 | 10/13 | 1/4 | 0 | 2 | 0 | |
3
Jaden McDaniels
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26 | 5 | 2 | 0 | 2 | 3 | 1 | 2 | 1 | 1/2 | 2/6 | 0/1 | 0 | 5 | 0 | |
55
Luka Garza
|
3 | 2 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 1/2 | 0/0 | 0 | 0 | 0 | |
7
Wendell Moore Jr.
|
3 | 2 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 1/1 | 0/0 | 0 | 1 | 0 | |
33
Leonard Miller
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3 | 0 | 2 | 0 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 0/1 | 0 | 0 | 0 | |
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Josh Minott
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3 | 3 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0/0 | 0/0 | 1/1 | 0 | 0 | 0 | |