Hay vida más allá de Embiid

Si algo está dejando la eliminatoria entre Sixers y Nets después de los dos primeros partidos es la sensación de que este año en Filadelfia no hay un grupo de jugadores que pululan alrededor de Joel Embiid y que dependen total y absolutamente de lo que haga. Al contrario, este año hay un equipo capaz de encontrar soluciones a los problemas que les pone el rival, incluso si esos problemas se centran en el propio Embiid. Los de Brooklyn tienen una idea clara, el camerunés no puede anotar al ritmo que lo ha hecho durante la temporada regular (ha sido el máximo anotador de la Liga). De momento lo están consiguiendo. En el primer partido lanzó 15 veces a canasta. Hoy lo ha hecho 11. Su media del curso está en 20,1. Entre estos dos encuentros promedia 23 tantos (26+20). En temporada regular, 33,1. No queda más que aplaudir el esfuerzo defensivo de un equipo que está logrando frenar al que seguramente sea nombrado en unos días el mejor jugador de la temporada.

Pero todo ese esfuerzo no le está sirviendo a los Nets para ganar partidos y ya está 2-0 abajo en la serie. Y la peor noticia para ellos es que su rival, al que ha hecho zozobrar por primera vez en los dos primeros cuartos del segundo partido, se va hoy a casa convencido al 100% que esta eliminatoria es suya y que no está dispuesto a regalar ni un punto. Que no quiere cometer los errores del pasado, con los que se iba dejando victorias ante equipos inferiores que luego le pasaban factura física en rondas posteriores ante rivales de mayor entidad. La mayor noticia es que esta vez parece que los Sixers creen en sí mismos de verdad. Creen que este año sí pueden llegar lejos. Y lo creen porque se han dado cuenta de que hay vida más allá de Embiid.

Y no es que el camerunés fuese un cero a la izquierda precisamente. De hecho su 15 rebotes en la primera mitad (más que ningún Sixers en la historia) fueron una de las claves para mantener a su equipo a flote en los peores momentos. Acabó el partido con 19, 7 asistencias y 3 tapones. Es capaz de sumar más allá de meter canastas. Eso lo sabíamos todos. La novedad es que el equipo no entra en pánico si no las mete. El primer día se dieron un festival de triples, con James Harden en modo francotirador. Y hoy que La Barba no daba una (3/13 en tiros de campo, 2/8 en triples para 8 puntos) tampoco ha sido un problema. Bueno, un poco sí hasta el descanso, cuando los Nets se fueron arriba 44-49 en lo que, en ese momento, era un resultado magnífico para los locales. Pero como este equipo cree en sí mismo, volvió del vestuario con calma, haciendo sus jugadas, calentándose poco a poco. Cuando se quisieron dar cuenta, pocos minutos después, los Nets estaban 8 abajo (64-56) con las gradas del Wells Fargo en pie.

Esta vez fue Tyrese Maxey, con 33 puntos, y Tobias Harris, con 20, los que dispararon a los suyos en el marcador. Y mientras Embiid levantaba el puño celebrando las canastas de sus compañeros: “Mucha gente piensa que me encanta meter canasta, pero no es cierto. Lo que me encanta es ganar”. De momento van 2-0 ganando. Seguro que estará contento.