Hasta que quiera Wembanyama

Usted puede jugar a lo quiera, que yo haré lo que me dé la gana. Algo parecido pensó Victor Wembanyama en el exigente reto que le propuso Chicago Bulls en este inicio de semana. La salida de los Spurs a la tierra en la que Jordan se convirtió en un ídolo intergeneracional deja otra muestra, y van incontables, de que este talludo francés ha ido a Estados Unidos a hacer cosas jamás vistas. Su explosión en poco menos de un minuto durante el tramo más caliente destrozó el trabajo de los locales, que simplemente pudieron contemplar y admirar la obra.

Porque los Bulls tuvieron el partido en su mano. No en los compases iniciales, no en el tramo medio, es que dominaban a falta de 1:43. Un triple de Dosunmu había puesto el +5. El margen final fue de cuatro tantos, pero justo al revés: 117-121. ¿Responsable? Wembanyama. Y sí, aquí no se le encumbra por inercia o liderazgo, es que dio tres patadas al orgullo de los Bulls con las que el marcador se dio completamente la vuelta. Además de completar una actuación de escándalo: 38 puntos y 12 rebotes, con 5 asistencias y 5 tapones, 11/19 en tiros de campo e impecable con 10 libres.

Los Bulls empezaron con mal pie aunque salieron a la superficie conforme pasaban los minutos. Huerter y Jones, dos exteriores a los que están probando junto a un Josh Giddey que causó baja ante San Antonio por una torcedura de tobillo, amasaron buenos puntos entre segundo y tercer cuarto, los mejores de su equipo. Ahí creyeron controlar lo que ocurría. Así era, no había espejismo, simplemente se jugó hasta donde quiso Wemby. Después cambiaría todo.

Wembanyama puso la quinta marcha a falta de dos minutos para el final. Antes su nuevo socio Fox, 21, y el joven Castle, 19, le habían ayudado a mantener estables las diferencias. Mención especial para el compañero de pintura, Luke Kornet, que como suplente endosó un 6/6 en juego más cuatro tiros en la personal a una Chicago que sólo tenía ojos para el unicornio. Cuando se acercó el tiempo decisivo, apareció el genio con la lámpara de los deseos.

Los Spurs supieron cerrar su aro durante el último periodo, una de las claves de la victoria además de Wemby. En ese tramo de minuto y medio de movimiento sísmico se les coló un punto en contra, un tiro solitario de Kevin Huerter, y la contrapartida que ellos ofrecieron resultaron ser doce puntos. Poco de unos y mucho de otros, gracias al gigante Victor, en este final que dejó a Vucevic con las vergüenzas al aire.

Quedaba un minuto y pico para terminar. En una transición rápida Castle descargó el balón hacia la banda derecha, donde Wembanyama ejecutó sin casi pensarlo un triple con 114-111 en el marcador. Vucevic había puesto la mano bien cerca de su cara para intimidarle. Entró. Tirazo. El empate se trasladó al marcador. En la siguiente acción Jones penetró por el centro y se encontró al de Le Chesnay en el camino, con sus inacabables brazos, pese a que la estadística le otorgó el tapón a Harrison Barnes. El partido se había calentado. Unos segundos después se repitió la historia: Castle le dejó la jugada al completo a Wembanyama. Con tiempo para pensar, volvió a sacar a bailar a Vucevic, ahora en una posición más frontal al aro, amasó la bola, dos amagos, un paso a la izquierda, lanzamiento y canasta. Se había cargado el partido. Entre él y, de nuevo, Castle, castigaron después al tiro libre para cerrar el marcador.

Otros resultados de la jornada en la NBA:

• Pistons 137 - Wizards 135
• Magic 115 - Blazers 112
• Mavericks 114 - Bucks 116
• Suns 121 - Pelicans 98
• Jazz 113 - Timberwolves 120
• Clippers 102 - Hawks 105
• Hornets 111 - Lakers 121
• Heat 140 - Cavaliers 138

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