Harden se harta: 55 puntos, 10 triples y, por fin, victoria de los Clippers

Si hay algo que no se le puede negar a James Harden es que es un tío fiel a sus principios. Para bien y para mal, ya que nunca ha intentado corregir sus vicios extradeportivos ni mejorar en defensa. Pero entiende el baloncesto desde el punto de vista del monopolio y de la anotación y no deja de ser un baloncestista ofensivamente histórico. Su sensibilidad con el balón, su juego de pies (muchas veces criticado por hacer pasos, pero más que efectivo en el organigrama de la NBA) y su capacidad para conseguir más y más puntos es prácticamente única en la mejor liga del mundo. Y a sus 36 años sigue acumulando una cantidad ingente de estadística. Algo que le convierte en el prácticamente único referente de unos Clippers a la deriva. Pero que, por fin, han ganado. Y todo por obra y gracia de un jugador que sigue a lo suyo sin importarle el contexto o las circunstancias.

La actuación de Harden en la visita de los Clippers a Charlotte fue sencillamente espectacular: 55 puntos, 3 rebotes, 7 asistencias, 1 robo y sólo 2 pérdidas en 35 minutos en pista para un +22 con él en juego. La estrella, que ya llevaba 35 tantos al descanso, finalizó con una serie de lanzamiento increíble, especialmente si tenemos en cuenta su inabarcable rango para intentar anotar: 17 de 26 en tiros de campo, 10 de 16 en triples y 11 de 14 en tiros libres. Es la quinta vez en su carrera que convierte con acierto al menos 10 lanzamientos exteriores, una lista que lidera Stephen Curry... con 27. Y se va a 3.237 triples transformados en su carrera, consolidándose como el segundo máximo triplista de la historia por detrás del ya mencionado Curry. Desde luego y a pesar de la ausencia de anillos (y de Finales), estamos hablando de un jugador singular, único en su especie.

Y no acaba ahí todo: Es el 25º partido de su carrera en el que Harden iguala o supera la cifra de los 50 puntos. Empata con una leyenda como Kobe Bryant, que llegó a dicho número en su último partido como profesional (60 tantos ante los Jazz) y tiene por delante a Michael Jordan (31) y el inalcanzable Wilt Chamberlain. Algo increíble en un partido que ganaron los Clippers (116-131), que se quedan con un récord de 5-11 tras 16 partidos disputados, escapan de tres derrotas consecutivas... y de nueve en los últimos 10 partidos. E incluso con las exhibiciones de Harden (que se acerca a los 30 puntos de promedio tras esta exhibición) es difícil tapar el hecho de que el proyecto está roto y caduco y que este equipo, el más veterano de la historia de la NBA, se ha convertido en una máquina de coleccionar viejas y cansadas glorias más que en un proyecto pensado para el anillo. Por mucho que nos vendan la moto para ocultar el escándalo que envuelve a Steve Ballmer y Kawhi Leonard. Que por cierto, no jugó. Para variar.

El partido no tuvo más historia. Harden estableció la marca más alta de la historia de la franquicia en anotación y es el primer jugador en alcanzar ese hito en dos equipos diferentes (se fue a 61 en su etapa en los Rockets). Los Clippers llegaron a ganar de 24 ante un rival que está todavía peor que ellos y que se plantea traspasar a LaMelo Ball (18 tantos, 7 asistencias) mientras tuvo a Kon Knueppel (26, con 9 de 12 en tiros de campo y 6 de 9 en triples) como el máximo anotador. En los angelinos, el mejor acompañante de Harden, si es que necesitaba alguno, fue un Ivica Zubac que consiguió 18 tantos con 9 de 12 en el lanzamiento. Y la otra noticia, si es que lo es, consistió en que Chris Paul (3+4+8) confirmara algo que ya se sabía, que esta última iba a ser su última temporada. Eligió el regresó a Charlotte contra los Hornets, el equipo con el que empezó su carrera. Pero dio igual: la noche tenía un protagonista con mucha barba. Y ese era James Harden.

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