Estos Lakers sólo saben ir por el sendero más pedregoso

Hasta el final tuvieron que exprimirse los Lakers en un encuentro que más que probablemente le va a colocar entre el quinto y el octavo puesto de la Conferencia Oeste, con alguna ventaja sea cual sea el destino, después de haberlo pasado tan mal esta temporada. Es su manera de hacer las cosas y las van a poder seguir haciendo así un poco más. Se medían a los Jazz en uno de sus dos enfrentamientos de esta semana, en la que se cierra la fase regular, y con los de Utah habiendo reservado efectivos después de verse sin tantas opciones de escalar hasta dentro de las diez primeras plazas.

Los locales, un equipo repleto de retales (también con ex-Lakers como Tucker o Jones), no respondieron a estrategias de tanking. No jugaron ninguno de sus dos interiores titulares, Markkanen y Kessler, el día que les venía Anthony Davis con 38,7 puntos y 11,7 rebotes en los últimos tres envites; tampoco estaban dos veteranos como Jordan Clarkson y Rudy Gay. El resto del equipo quiere ganar. Daban igual las órdenes, más o menos implícitas. Los de L.A. siempre son un caramelito para cualquiera, rival a batir, estés en la situación que estés. Así se lo tomaron algunos de los menos habituales, como Agbaji (22), Samanic (12), un desatado Kelly Olynyk (23) o el mencionado Damian Jones (15). Lo mandaron a la prórroga. Hasta ahí tuvieron que apretar los de Ham, con la apretura de esos playoffs que ahora van más hacia el sí que el no. 133-135 fue el resultado con el que concluyó esta noche en el Vivint.

Tocó ver a los más energéticos Jazz en el último tramo, los dos minutos y medio finales, para alargar más el enfrentamiento. La agonía, en el caso de los angelinos. Remontaron diez puntos, igualaron y llegó el turno de LeBron James, el mejor de la noche. El alero de Akron erró el tiro con el que pudo poner fin a todo en el tiempo reglamentario, una bandeja con la zurda bien defendida por Jones bajo el aro, y se apuntó en su mente ese fallo para tiquearlo más tarde. Así ocurrió, que con una jugada del mismo estilo pero más complicada y con la derecha arregló el problema a su manera.

En el tumulto por llegar al play-in todavía hay sitio para los Jazz, más por el demérito de los demás que por lo puesto de su parte este martes. Que no fue poco, pero no suficiente. Se mantienen a dos del corte del décimo puesto, que marcan los Thunder (derrotados por Golden State), y por ello aún no están eliminados. Ahí las miradas se dirigen a los Mavericks, en el noveno puesto y con aire pese a no jugar hasta mañana. Por arriba los Suns han asegurado ya la cuarta plaza, se medirán al quinto, y hay un triple empate entre Warriors (5º), Clippers (6º) y Lakers (7º) que enviará a uno de ellos a la tortura de pasar uno o dos filtros más para llegar a las series por el título. Imposible hacer cálculos en un mar tan picado como el del Oeste de este año. Pero LeBron, el más viejo del lugar, sabía que hoy se decidían cosas, también por la posición del contrincante, y respondió con 37 puntos, por encima del 50% en tiros, teniendo que “redimir” el error del último cuarto y “arreglarlo” en el tiempo extra, como explicó el de Ohio.

A estos Lakers les gusta el riesgo. Ganaban por 10 puntos a falta de 2:30 (111-121). Reaves metió 7 de sus 28 -en qué forma está el alero- en ese momento. Utah respondió con dos triples, uno de Jones y uno de Agbaji, bajó a siete la distancia y sumó después otro tiro, éste más loco, de Olynyk en carrera y tirando al cristal para dejar a dos puntos a los suyos. Ahí vino el fallo de LeBron James y el doble protagonismo que le dio al ex-compañero Damian Jones: el pívot recibió la falta del astro en el otro lado, la que dio opción a los tiros libres que empataron el encuentro (124-124), y después defendió bien su intento de canasta. En la prórroga sólo anotaron esos dos protagonistas de los Lakers: Reaves, cuatro, y James, nueve. En el minuto definitivo Talen Horton-Tucker, de 22 años y campeón con los de California en la burbuja de 2020, erró desde la personal primero y un tiro a cinco metros después que hubieran cambiado el curso de los acontecimientos. Los de púrpura y oro se enfrentan sólo un día después, con su 41-38 en la tabla, a un derbi crucial con los Clippers y dejan para el fin de semana a los Suns y, de nuevo, los Jazz en esta lucha por abrirse paso entre los mejores.