El campeón ya carbura

Una de las decepciones de la temporada hasta hace no mucho estaban siendo los Golden State Warriors. EL campeón deambulaba por la zona media-baja de la tabla, con un juego muy mejorable, habiendo perdido efectivos de la segunda unidad, con los jóvenes que tenían que suplirlo no dando la talla, con Draymond Green y Klay Thompson a un nivel bastante bajo y con Stephen Curry, la única cosa que funcionaba como debía, lesionado. Pero todo eso comienza a sonar a pasado. Los Warriors están ya dos partidos por encima del 50% de victorias, desde hace un tiempo ganan más que pierden y ahora mismo llevan tres triunfos consecutivos. No es una racha histórica pero por algo se empieza. Y lo más importante, cada vez recuerdan más al equipo que todos teníamos en la cabeza. Puede que ya no sean aquellos Warriors de 2015 que cambiaron la Liga. O los de 2018, para muchos el mejor equipo de la historia. Pero en este Oeste tan abierto una versión buena de los Warriors actuales les puede llevar perfectamente a otra Finales. Y parece que se han puesto manos a la obra.

En Oklahoma iniciaban una gira de tres partidos fuera y no pudieron iniciarla mejor. Los de San Francisco hicieron un partido notable, sobresaliente en la primera mitad cuando desbordaron la defensa de los Thunder, a la que claramente no le funcionó el plan defensivo de salida. Al descanso ganaban de 15 puntos (48-63), habían metido 12 de sus 25 triples y habían repartido 21 asistencias en 23 canastas. Curry llevaba 18 puntos y Klay, 16. La cosa cambió tras la vuelta de vestuarios. Hay que reconocerles a estos Thunder que tienen espíritu de lucha, que no se dejan ir como un equipo sin aspiraciones más allá del draft del año siguiente. Ellos ya han pasado esa página y tratan de competir todas las noches. Hoy, después de los muy malos primeros 24 minutos, se reengancharon al partido con sus mejores jugadores tirando del carro. Especialmente Shai Gilgeous-Alexander, que metió 21 de sus 31 tantos en la segunda mitad. Pero también con Josh Gidey (21+8+6) o Jalen Williams (19).

Un triple de Mike Muscala sobre la bocina del tercer cuarto ponía la diferencia por debajo de los dobles dígitos (85-94) y durante el último periodo se siguió reduciendo hasta estar a tiro de dos. Ahí reaccionó el campeón, se puso serio cuando tocaba y aseguró la victoria, sobre todo cuando quedaban 2:35 para el final con uno de los 8 tripels de la noche de Curry, que dejaba el marcador en un 107-115 que ya fue imposible de remontar para los Thunder. Al final, el base acabó con 38 puntos, 8 rebotes y 12 asistencias. Klay con 28 tantos, 6 triples y 7 rechaces. Y Green coqueteando con uno de sus triples-dobles (7+9+12). Y los Warriors, quintos a medio partido del cuarto (también sólo dos por encima del décimo), que ya sólo quieren mirar hacia arriba. Lo que le corresponde a un equipo como ellos. A un equipo campeón.