El campeón presume de galones

Al campeón le gustan los restos. Le gustan los partidos con aroma a playoffs, como mínimo con cartel de noche grande. Eso, y seguramente que ya ha pasado el puente del All Star Weekend y la temporada empieza, poco a poco, a poner rumbo hacia los playoffs. Quizá porque enfrente estaban los Warriors, una dinastía a la que se está acostumbrando a torturar; Quizá porque va llegando la hora de remangarse e ir poniendo los motores (de verdad) en marcha. Por lo que sea, o un poco por todo, Denver Nuggets sumó en la Bahía (103-119) un triunfo con aroma a equipo irresistible. Con la pegada del superior. Con poder.

Los Nuggets han estado hasta ahora irregulares, con lesiones y tramos de baloncesto poco reconocible. Están, aún así, 39-19, a menos de dos partidos de la cabeza del Oeste, pensándose si es mejor conservar cuántas más fuerzas mejor o si merece la pena hacer un esfuerzo por ser el primer cabeza de serie, para que todo el que quiera robarles el Oeste tenga que pasar por las Rocosas, por la asfixiante altitud de la Mile High que crea una ventaja de campo atronadora en playoffs. Mientras, se permiten placeres (no precisamente pequeños) como hacer daño a los Warriors, un equipo al que han ganado siete veces seguidas (cinco en la Bahía) y diez en los últimos once enfrentamientos. Esta temporada es un 4-0 rotundo y con mensaje: +12 total entre las tres primeras victorias, +16 en la cuarta. Marcando el terreno.

Los Warriors andan reencontrándose, redibujando su temporada desde que regresó Draymond Green tras su suspensión. Han mejorado, pero quedan ahora en un 3-15 cuando tienen enfrente rivales que van en ritmo de ganar al menos 50 partidos. Y siguen sin alejarse del 50% de victorias (29-27) y décimos del Oeste. Ahora mismo, encerrados con los Lakers en la isla de los puestos nueve y décimo, jugando para ver quién tendría factor cancha en un play in dramático que eliminaría (y mandaría al diván del psicoanalista) al perdedor. En el parón del All Star, los Warriors hablaron de escapar de ahí, incluso de mirar hacia un sexto puesto que está ahora a cuatro partidos. Al menos, los Nuggets no volverán a aparecer en su camino en esta regular season.

Muy poco volumen para parar a Jokic

En la actual versión con la que han subido su ritmo de victorias, los Warriors son un equipo pequeño. Con Brandin Podziemski (un rookie de 1,93) a lado de Stephen Curry en el backcourt y Draymond Green como pívot full time acompañado por dos aleros (Andrew Wiggins y Jonathan Kuminga) en el frontcourt. Eso da ventajas contra otras rivales… pero es una sentencia de muerte contra los Nuggets, un equipo montañoso que acaba en Nikola Jokic, un ochomil contra el que ni Green es remedio. No en 48 minutos. Los Nuggets ganaron en dos bocados, con un 0-14 para cerrar en 61-61 un primer tiempo en el que habían llegado a perder por 16. Y otro 0-14 en el tercer cuarto para dejar atrás su último momento a remolque (65-61). Los Warriors ya estaban boqueando para entonces, sus 36 puntos del primer cuarto convertidos en 16 en el cuarto.

Los Nuggets saben exactamente cómo ganar a los Warriors y tienen los jugadores apropiados para hacerlo. En ataque agotan a Curry, sin darle ni una posesión de tregua. Y en defensa le lanzan dobles marcajes para que el balón no esté en sus manos. Curry acabó con 20 puntos, un 6/19 en tiros y un 1/10 en triples. Solo asomó en el tercer cuarto, y lleva algunos partidos irregulares que han generado dudas sobre cómo de sostenible es el ritmo que lleva para resucitar a su equipo: Kerr dijo que está cansado, pero él no negó. El mejor momento de los Warriors coincidió con un descorche tremendo de Klay Thompson, que trata de acostumbrarse a su nueva vida como sexto hombre. Pero sus 16 puntos con cuatro triples del primer cuarto y sus 23 al descanso condujeron a una segunda parte sin anotación y con tres tiros fallados en 15 minutos. De mucho… a nada.

En el otro lado de la pista, Nikola Jokic y Jamal Murray sacaron el diploma de campeones en un día en el que era obvio que les apetecía presumir. Anotaron o asistieron en 57 de los 61 puntos de su equipo en el primer tiempo, y dirigieron el despegue definitivo después. El base acabó con 27 puntos, Jokic con 32, 16 rebotes, 16 asistencias y 4 robos. Uno de esos (muchos) partidos en los que queda claro que puede acabar siendo o no ser el MVP, pero es el mejor jugador del mundo ahora mismo. Lleva tres triples-dobles consecutivos y en ellos ha apilado más de 80 puntos, 50 rebotes y 45 asistencias, algo que solo había logrado Wilt Chamberlain, en 1968.

Con su quinteto campeón al completo (poco habitual últimamente) y el suplemento de energía de secundarios que tendrán su rol en playoffs (esta vez, Braun y Nnaji) los Nuggets acabaron ganando con rotundidad en un partido de cuchillos largos y mucha atención mediática. Los que más les gustan. Un partido en el que, al final y con todo resuelto, apareció durante dos minutos Usman Garuba, su tercera noche con los Warriors, la primera en dos meses. En total solo ocho minutos por ahora de NBA para el pívot español.