Doncic se queda sin gasolina

Se acabó el momento dulce de los Mavericks. El equipo texano estaba en una racha maravillosa, de siete victorias consecutivas, que han finiquitado los Pacers en Indiana. No podía ser otro que Rick Carlisle el que acabara con su exequipo, ese que entrenó durante tantos años y con el que conquistó el anillo de 2011 de la mano de Dirk Nowitzki. El técnico salió de la puerta de atrás tras muchas temporadas (13 en total) de buenos servicios, un divorcio que las malas lenguas dicen que motivó Luka Doncic. El esloveno cuajó un gran partido, pero Jason Kidd lo introdujo tarde en el último cuarto. La magia de Kyrie Irving había acercado mucho a los visitantes (104-100) y Carlise pidió tiempo muerto. A la salida, sin Doncic, el resultado se disparó a un 113-102. La estrella entró a 7 minutos para el final, pero se sentó con más de tres al constatar que la remontada era imposible. Al final, los Pacers se escaparon mucho y el resultado fue más abultado de lo que demostró el encuentro, pero acabó con el gran estado de forma que los texanos habían mostrado desde los movimientos del mercado. Las siete seguidas se quedaron en siete. Ahora, a seguir peleando.

Entre otras cosas, porque los Mavericks están metidos de lleno en un monumental atasco (otro más) en la Conferencia Oeste que involucra a Pelicans, Kings y Suns además de a ellos. Los cuatro equipos van del quinto al octavo puesto, con dos directos a los playoffs y otros, rumbo a un play in que quieren evitar pase lo que pase. En esas estaban los de Jason Kidd, que sin embargo no consiguieron separarse en una clasificación que, aparentemente, se mantendrá apretada hasta el final de la regular season, fijado el 14 de abril. Ahí sabremos si Doncic y compañía ponen rumbo directo a la fase final o tienen que pasar por una previa en la que no quieren meterse. Por muchos motivos, como el cansancio acumulado. Pero, sobre todo, por el riesgo de eliminación que supone. Y el fracaso consiguiente al hacer las maletas, si eso ocurriera, antes de tiempo.

Doncic acabó con 33 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Pero llevaba 25 en la primera mitad y se le hizo largo el partido. Un debate siempre incesante en torno a su figura, que le señala constantemente como un jugador al que se le hacen largas las temporadas y llega muy fatigado a los finales de los partidos. Kyrie sumó 29, Josh Green 14, y Tim Hardaway 11, pero no hubo respuesta. Los Pacers tomaron ventaja antes del descanso (67-60) y manejaron siempre distancias a la decena de puntos en la reanudación, obligando a sus rivales a ir permanentemente a remolque. El último parcial, de 33-20, fue demoledor y la distancia se elevó de forma algo injusta para lo vibrante que había sido el encuentro hasta la mitad del periodo final. Los Mavs lanzaron con un 47% en tiros de campo y un 45% en triples, pero sumaron 15 pérdidas y apenas repartieron 15 asistencias, un bagaje insuficiente para conquistar el Bankers Life Fieldhouse, que fue sede del All Star hace tan solo unos días.

En los Pacers, todos sumaron: Myles Turner, con 33 puntos y 8 rebotes, hizo lo que quiso en la zona rival, una tónica muy típica en unos Mavericks que siempre han tenido carencias ahí. Además, 14+11+5, con 3 robos, de Bennedict Mathurin, 12+9 de Pascal Siakam (cada vez más cómodo en su nuevo equipo y con su nuevo rol), 15 de Andrew Nembhard, 17 (con 10 asistencias) de Tyrese Haliburton 12, con 7, de TJ McConnell y 15 de Ben Sheppard, que aprovechó de forma fantástica sus minutos, con 5 triples sin fallo en los 12 minutos que estuvo en pista. Los Pacers ganaron la lucha por el rebote (53 a 42) y repartieron 38 asistencias, haciendo de la espectacularidad y el juego rápido y colaborativo su seña de identidad. Otro equipo que está peleando por evitar el play in y que se mantendrá en esa pelea contra Magic y Sixers. De momento, han dado un gran paso hacia delante. Y a costa de Luka Doncic. Que se quedó sin gasolina.